En ese contexto de crisis, el ingeniero Néstor Munaretto impulsa que los planos de las nuevas obras que se construyan en el ámbito local contemplen el aprovechamiento del agua de lluvia, con el objetivo de optimizar las reservas del vital líquido para el uso en sanitarios y quehaceres domésticos.
En síntesis, plantea replicar experiencias de antaño que quedaron en desuso, ya que décadas atrás era común contar con aljibes y reservorios domiciliarios.
Interesado en el tema, el presidente del Concejo Deliberante, Ariel Chaves, anticipó que en los próximos días recibirán a Munaretto para interiorizarse del proyecto y avanzar en una posible ordenanza.
Como ejemplo, citaron lo que sucede en Brasil, donde se construyen viviendas con sistemas de canaletas y cisternas que permiten utilizar el agua de lluvia en los baños.
“No sólo es posible, sino necesario. No puede ser que estando sobre el Acuífero Guaraní, con un régimen de 1.800 a 2.000 milímetros de lluvia por año, tengamos falta de agua en Oberá”, subrayó Munaretto.
Explicó que el problema actual pasa por la baja infiltración de agua en el suelo, lo que a su vez alimenta las napas. Según las estimaciones, el aprovechamiento del agua de lluvia posibilitaría una reserva de 600 litros diarios por habitante.
Con datos precisos, detalló que un metro cuadrado de monte puede captar hasta 300 litros de agua por hora, pero “un techo cero. Entonces, desperdiciamos el agua que nos viene de arriba y seguimos usando agua potable para el inodoro”.
Por ello, puso como ejemplo “lo que hacían nuestros padres con aljibes y sistemas comunitarios. Incluso, creo que los nuevos planos de obra deben tener un ítem que incluya el aprovechamiento del agua de lluvia”.
También hizo hincapié en la necesidad de tomar conciencia sobre los beneficios del proyecto y consensuar un trabajo conjunto entre las instituciones del medio.
Fuente: Azul FM