Guillermo Barros Schelotto apostará a la misma alineación que venció 2 a 1 a Tigre en la última fecha del torneo doméstico, mientras que el “Muñeco” Gallardo probó con una combinación para buscar sacar a su equipo de la crisis futbolística en la que está inmerso.
La espera terminó. Hace meses que se viene jugando desde lo dialéctico esta histórica final entre Boca y River. Luego de años aguardando que vuelvan a estar cara a cara en un encuentro definitorio, como solo había ocurrido hasta hoy en el Nacional de 1976, hoy desde las 21:10 los dos equipos más importantes de nuestro país protagonizarán la definición de la Supercopa Argentina en Mendoza.
La capacidad hotelera de esta ciudad está colapsada. El “no, no tengo habitaciones disponibles” es una frase habitual en todos los alojamientos. La desesperación de los desprevenidos es tal que algunos hinchas decidieron alojarse en San Juan, y solo tocar suelo mendocino para ir al estadio, o directamente llegar poco antes del encuentro.
Hasta la tarde de ayer quedaban apenas 350 plateas techadas para cada parcialidad (a $3.200 cada ticket) de las 40.000 localidades del Malvinas Argentinas, que lucirá repleto, y estaban agotados los vuelos directos a esta ciudad, tanto para hoy y mañana como para el regreso a Buenos Aires del jueves y del viernes. Luego de una jornada muy tranquila, en la que fue un martes más para la vida cotidiana de cada mendocino, después de las 19 la ciudad cuyana se sumergió en la efervescencia inevitable de un partido de fútbol que quedará en la historia, suceda lo que suceda.
Fue entonces cuando comenzaron a verse las primeras camisetas de Boca y de River en el centro de la ciudad. Ocurre que muchos viajaban anoche en micro (más de 14 horas de viaje) y hoy en avión (dos horas). En la previa del duelo entre River y Chacarita de hace diez días, hubo decenas de panfletos en la Avenida Udaondo ofreciendo el viaje ida y vuelta en ómnibus: salían ayer y regresaban no bien concluía el partido. Algo similar ocurrió en las inmediaciones de la Bombonera el sábado, antes y después del agónico triunfo ante Tigre.
La locura superclásica colapsó también los vuelos. La única opción aérea para llegar al trascendental partido era -hasta ayer-, con una escala en el exterior. Por una cifra superior a los 14.000 pesos se podía viajar rumbo a Santiago, de Chile, dormir en el aeropuerto trasandino y llegar a Mendoza entre el mediodía y la tarde de hoy, para regresar a Aeroparque el viernes por la mañana, también vía Chile. Recién hay vuelos directos para el sábado.
Después de un imprevisto retraso de tres horas como consecuencia de problemas técnicos con el chárter de la empresa Flyest que lo trajo a esta provincia, Boca pisó suelo mendocino a las 18:52. Unos minutos después, cerca de 500 hinchas ovacionaron el ingreso del plantel de la Ribera en la puerta del Arena Maipú, en las afueras de la ciudad, lejos del ruido. Gritos, trompetas, bombos, banderas y vinchas colorearon la tarde, con el cerro Aconcagua como imponente testigo, y una canción que viajó los 1.050 kilómetros que separan a la Bombonera de Mendoza: “Que mañana, cueste lo que cueste…” fue un bálsamo que hizo disimular el evidente fastidio del plantel y del cuerpo técnico por el contratiempo con el avión, que alteró todos los planes, incluido el saludo a los hinchas, la firma de autógrafos y las selfies.
Además de los convocados, dos futbolistas muy queridos por el grupo forman parte de la expedición azul y oro. Fernando Gago y Darío Benedetto se pierden este choque por lesión, pero quieren vivir de cerca todo lo que rodea a la gran final.
A River, en cambio, toda la organización le salió bien. Fueron dos días previos de mucha calma y tranquilidad. Alejado del frenesí y el bullicio de Núñez o Ezeiza, el plantel se recluyó en el Hotel Sofitel de Cardales, en Campana, a más de 50 kilómetros del Monumental para trabajar en soledad y concentrar desde anteayer por la tarde. El vuelo, previsto para las 19, despegó media hora más tarde y el plantel llegó cerca de las 22 a su morada, el Hotel Diplomatic.
Más de 1.000 fanáticos esperaron en la puerta del hotel el arribo riverplatense. En la intersección de las avenidas Belgrano y Sarmiento, los comerciantes hicieron lo suyo, a pura venta de camisetas y banderas. El rojo y blanco se apoderó de la zona céntrica y los pedidos por el título y los gritos contra el máximo rival se repitieron una y otra vez, entre los que se destacaron el ya clásico “El que no salta, abandonó”, y una bandera que decía: “Muñeco, no te vayas, River te ama”. Como era de esperar en una cita tan importante, se acercaron hinchas de todo el país: desde Cariló, La Pampa; hasta Villa Ángela, Chaco.
Los organizadores prometen que aquellos que se descarguen la aplicación de la Supercopa Argentina tendrán Wi-Fi liberado en el estadio (con 300 antenas repetidoras de la señal). Además, quienes publiquen sus selfies podrán verse en la pantalla del Malvinas Argentinas. La organización invirtió 5.000.000 de pesos para contratar a la empresa estadounidense “Conectividad 100%”, que montará el mismo sistema en las dos semifinales y en la final de la Copa Argentina de este año. Además, se confirmó que el grupo Los Totora animará el entretiempo de la gran final.
¿Cómo será el operativo de seguridad? Las puertas del estadio se abrirán a las 17:30 y habrá 1.500 agentes afectados. Los controles se dividirán en tres “cordones”: el primero será el más importante. Allí habrá cámaras y un sistema de identificación biométrica facial en vivo, que permitirá impedir la entrada de barrabravas, como así también de personas con antecedentes penales y/o prófugos de la justicia, quienes serán detenidos en ese instante.
Desde las 21:10 se terminarán las palabras y los pronósticos. Las fotos en blanco y negro de Rubén Suñé y su gol fantasma de 1976 le darán paso a los festejos en ultra HD, a su inmediata viralización en las redes sociales y al surgimiento de un nuevo héroe en esta historia que protagonizan Boca y River, River y Boca, en este capítulo, que sin dudas será inolvidable. Todo comenzará cuando el árbitro Patricio Loustau -otro protagonista que puede ser determinante- anuncie el inicio de esta edición de la Supercopa Argentina, tan especial como histórica.
Las formaciones:
Boca: Agustín Rossi; Leonardo Jara, Paolo Goltz, Lisandro Magallán y Frank Fabra; Nahitan Nández, Wilmar Barrios y Pablo Pérez; Cristian Pavón, Carlos Tevez y Edwin Cardona. DT: Guillermo Barros Schelotto.
River: Franco Armani; Gonzalo Montiel, Jonatan Maidana, Lucas Martínez Quarta y Marcelo Saracchi; Leonardo Ponzio; Ignacio Fernández, Enzo Pérez, Gonzalo Martínez o Juan Quintero; Rodrigo Mora o Ignacio Scocco y Lucas Pratto. DT: Marcelo Gallardo.
Árbitro: Patricio Loustau.
Estadio: Malvinas Argentinas.
Hora: 21:10.
TV: Fox Sports Premium y TNT Sports.