Mariano estaba a punto de ir a ver el espectáculo con su familia, pero decidió quedarse por temor a posibles ataques terroristas.
Mariano Francis es argentino, vive en Niza hace seis años y su casa está a pocos metros del Paseo de los Ingleses, la extensa rambla que bordea el Mediterráneo y que anoche sirvió de escenario de un nuevo atentado terrorista en Francia.
Mariano tiene dos hijos, de dos y cinco años, y confiesa que desde hace tiempo son muchas las medidas de prevención que toma para prevenir situaciones peligrosas. “Uno vive en estado de alerta permanente. La verdad que es muy triste”, contó.
“Tenemos mucho cuidado en los trenes, en los subtes. Dentro de los negocios grandes, en los shoppings”, enumeró el argentino, que explicó además que ese miedo ya atravesó todo el país luego de tres grandes atentados terroristas en los últimos 18 meses.
EN EL HOSPITAL
Minutos después del atentado, Mariano recibió un llamado telefónico. Era un compañera de trabajo que había ido a los festejos por aniversario de la toma de la Bastilla. Su pareja había resultado herida.
Mariano fue rápidamente a socorrerla y la llevó hasta un hospital cercano. Cuando llegó, el panorama era desolador. “No paraban de llegar cuerpos. No paraba de llegar gente herida, gente que había perdido a toda su familia”, relató.
Sin embargo, destacó la rápida reacción de los médicos. “Fui uno de los primeros en llegar y ya había unas 200 camillas esperando en la puerta a la gente que llegaba. Llegaban en autos, ambulancias, caminando. Los taxis en ese momento se volvieron gratuitos. La verdad que la reacción fue muy buena. Todo el mundo fue muy solidario”, remarcó.
Fuente: Misionesonline