Un misterio. Un sitio en donde las historias de casos de paranormalidad se repiten cada vez más.
El cementerio Sueco de Oberá, ciudad ubicada en el centro de la provincia yerbatera de Misiones, sigue tomando cada día más notoriedad, y no justamente porque allí se encuentren enterradas algunas figuras ilustres de la escena nacional. Todo lo contrario, esta necrópolis continúa sumando casos de relatos directamente relacionados a hechos paranormales, a partir de apariciones que sorprenden y asustan a quienes visitan el campo santo, y aquellos que merodean sus adyacencias.
En lo que ya ha traspuesto largamente los límites de la ciudad, cuya población largamente supera los 100.000 habitantes, las historias de seres espectrales sorprende, en una población que si bien es variopinta, tiene un aceptable nivel de educación, dado que en Oberá se concentran universidades y centros donde se dictan carreras terciarias. Con un elevado componente cristiano, más de 60 iglesias representan un polo creyente que acompaña su devoción y fé en el catolicismo. Aún así, los relatos y vivencias en torno al Cementerio Sueco han ido en aumento desde hace años, y cada tanto nuevos hechos asustan a una gran cantidad de pobladores, sorprendidos por increíbles historias.
Luces extrañas.
Ubicado en las afueras de la ciudad, en la zona denomidada Villa Svea, allí se asentaron las primeras familias suecas que arribaron a la provincia de la tierra colorada, con la idea de dedicarse a sembrarla, a partir de las plantaciones yerbateras que crecían en la zona. Y lo que más asusta y llama la atención de numerosos vecinos y ocasionales transeúntes que recorren de noche el perímetro del campo santo, tiene que ver con luces extrañas que se pueden observar desde el interior del cementerio. Aunque muchos dicen que también fueron sorprendidos por exrañas apariciones o raras sombras que no se mueven en un sentido lógico. a lo que se fueron sumando otras expresiones anómalas como sombras o apariciones que conmocionaron a más de un vecino.
Tour nocturno.
Aunque para muchos vecinos el sitio da cierto temor y prefieren no pasar por ahí, otros, más intrépidos, reconocen los alrededores intentanto captar alguna manifestación que acredite actividad paranormal. En ese sentido, las luminosidades de tono blanquecino que aparecen de la nada, surcan las calles e ingresan como teledirigidas por un poder superior en el cementerio sueco para perderse en la oscuridad.
¿Podrá ser eso?
Descartadas las bromas con linternas de algunos graciosos que nunca faltan, hasta el momento quienes estudiaron el fenómeno solamente encontraron una explicación plausible para explicar el fenómeno.
Dicha explicación podría tener que ver con saqueos y otros desmanes que se habrían producido en interior del cementerio desde la década de 1990 y hasta hace poco tiempo, cuando se reforzó la seguridad. Muchos relacionaron esas cuestiones al reclamo de cientos de almas frente a dichos hechos delictivos que, de alguna manera, alteró el descanso eterno.
Consultados varios psíquicos con experiencia en el abordaje de este tipo de casos reconocieron como muy válidad dicha posibilidad vinculada con macabras profanaciones de las tumbas que llegaron a incluir a los propios despojos mortales de quienes fueron sepultados con algún elemento de valor, e incluso de huesos, que serían vendidos en diferentes facultades de medicina, donde esos elementos se pagan muy bien.
Empero, habría otro motivo: entre los habitantes de Villa Svea afirman que el cementerio suele ser el escenario donde unos pocos practican ritos umbandas y otras oscuras religiosidades. Y aunque esta versión es contrapuesta, ya que muchos vecinos descreen de todo, lo cierto es que hay varios que desafían a quien quiera a sentarse sin temor en una oscura esquina, y esperar a ver las luces, que, pontentes y blanquecinas, se “filtran” entre los barrotes de la entrada para perderse en la oscuridad más inerte y misteriosa.
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