La mujer padecía cáncer terminal. El caso fue visibilizado por Adelina González-ciudadana de Oberá-y desnudó la desidia del estado municipal que la dejó mucho tiempo sin atención. Demasiado tiempo. Falleció el viernes.
Marta tenía 41 años de edad y desde hacía cuatro enfrentaba un cáncer de útero considerado terminal. Era madre de quince hijos, ocho de los cuales son menores de edad (entre cuatro y catorce años). Su esposo, Eduardo Fraga vendía chipa, pero en el último tiempo debió abandonar la actividad para abocarse al cuidado de Marta. La familia vive en Villa Gunther, uno de los barrios más postergados de Oberá. Durante años Marta, Eduardo y los chicos vivieron de la venta de chipa, de una pensión por ser madre de siete hijos y, fundamentalmente, de la solidaridad de los propios vecinos. El estado municipal no había tomado nota de la situación. De hecho Marta ni siquiera tenía vivienda propia y estaba postrada en cama, en la casa de su hermana, habitante del mismo barrio. En Villa Gunther organizaron una comisión de ayuda y consiguieron unos tres mil ladrillos para hacerle “una habitación con un bañito”. Por supuesto, una vez que Adelina González denunció el drama “aparecieron” funcionarios por acá y por allá “relatando” las acciones llevadas a cabo para “ayudar” a Marta y a sus hijos. Incluso declararon que Marta rechazaba la ayuda ofrecida.
Adelina González, inició un raíd mediático que derivó en que la municipalidad construyera una vivienda para la familia, ayudara con comida y útiles a los chicos que van a la escuela y Salud Pública-por fin-trasladó a Marta al Samic local. Adelina volvió a denunciar que, una vez que las luces mediáticas se apagaron, Marta y familia volvieron a depender con exclusividad de la solidaridad social. La municipalidad de Oberá insistió con que le acercó toda la ayuda posible. Como sea se trata de otro caso en el que un drama precisó ser contado demasiadas veces antes de ser atendido. En tiempos de “Ni una menos” vale recordar que el estado también suele ejercer violencia de género. Porque Marta Carballo ahora ya no vive más y quince chicos se quedaron sin madre. En Oberá, desde el viernes, hay una menos….
Fuente Misiones Cuatro