Más de 30 aeronaves llegaron desde diferentes provincias entre este sábado 12 y el domingo 13 para el Festival Aéreo 2º Edición en el aeródromo de esta ciudad organizado por el Aeroclub Oberá, recordando los 70 años de la institución fundada el 29 de septiembre de 1946.
El público pudo apreciar y hasta realizar vuelos de bautismo a bordo de aviones Piper 32 y Cessna 150, 152, 172 y 182 que llegaron desde Posadas, Eldorado, Corrientes, Santo Tomé, Goya, Reconquista (Santa Fe), Escobar y General Rodriguez, provincia de Buenos Aires. También hubo vuelos en paramotor.
Una de las estrellas fue el acróbata aéreo de Santo Tomé, Corrientes, Jorge Daniel Calabrese, quien brindó un espectáculo con un avión experimental fabricado en esa localidad tras siete años de trabajo, y con aviónica norteamericana. Calabrese contó a INFOBER que el proyecto nació hace ocho años, pero recién hace uno que está volando. Estuvo ambas jornadas hasta la noche del domingo, dejando al público pasmado mientras dibujaba piruetas en el cielo con su Rv 7 de 210 hp.
Otro destacado fue el piloto Alejandro Cristiá, un ingeniero rosarino radicado en Corrientes. El acróbata de 76 años llegó este domingo e hizo lo propio en el cielo, con elevaciones bruscas que dejaba atónitos a los espectadores.
Por su parte, Gendarmería Nacional arribó con su avión de origen suizo, un Pilatus Porter PC-6. Esta aeronave de diseño anticuado tiene su razón de ser. Con capacidad para aterrizar y despegar en pistas muy cortas, como así también hasta en caminos de tierra, el avión fue comprado por la fuerza para la lucha contra el narcotráfico, y por ello desde hace poco tiempo está en tierra misionera para operativos. Además, su amplias superficies alares le otorgan mucha sustentación, haciendo que pueda volar a baja velocidad y altura, y ser muy ágil en zonas de montaña. Su increíble sonido, calla a cualquiera que esté cerca cuando sus hélices giran.
El PC-6 es un monoplano de ala alta arriostrada y construcción totalmente metálica, con el ala configurada para operaciones STOL, unidad de cola convencional y tren de aterrizaje fijo y de tipo clásico. El primero de los cinco prototipos construidos voló el 4 de mayo de 1959, y tanto este aparato como los otros prototipos y los primeros aviones de serie estaban propulsados por el motor Avco Lycoming GSO-480-B1A6 de seis cilindros opuestos y 340 cv.
Sebastián Dlutowski, integrante del AeroClub Oberá también expuso y voló un Piper pa32 de seis plazas, uno de los dos que dispone la organización, junto al Cessna 172 de Carlos Sewald, presidente del club.
La asistencia del público fue importante, aunque menor al evento realizado en mayo. El objetivo de esta segunda convocatoria, según explicaron a este medio, fue juntar fondos para las diferentes necesidades tanto mantener esa enorme infraestructura, con una pista de 1800 metros de largo por 30 de ancho, la de mayores dimensiones de la provincia, después de los aeropuertos de Posadas e Iguazú.
Pero además, poder encarar proyectos como ser, equipamiento de radio para un torre de control (en la ocasión utilizaron un aparato prestado); además de terminar dos aeronaves experimentales en construcción y poner en funcionamiento la escuela de pilotos.
Un par de simuladores de vuelo estuvieron disponibles, tanto para grandes y chicos, por solo $10 los diez minutos, donde se podía volar desde un Piper hasta un Boeing 737, 747, o un Airbus 321.
Para asociarse al AeroClub, el valor inicial es de 200 pesos y la cuota mensual sale 100 pesos, pero debe ser presentado por otro socio, dado que lo marca el estatuto. Dado que el aeroclub no posee aviones aún más allá de los dos mencionados, por el momento cada socios tiene con la cuota la posibilidad de usar el predio que posee parrilla, etc.
Para contactarse (54 3755 41 3706) Ricardo Wdoviak, o los reuniones los primeros martes de cada mes en el predio.
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