Tupungato, un departamento de la provincia de Mendoza de poco menos de 35 mil habitantes fue el lunes el escenario de un hecho tan dramático como indignante. Un hombre fue detenido por el supuesto encubrimiento del violador de su propia hijastra, a quien le exigió bienes personales para dejarlo escapar.
A primeras horas de la mañana del lunes, se produjo la desaparición de una niña de 11 años desapareció de su casa ubicada en la calle Aguado de dicha ciudad en el noroeste de la provincia.
De acuerdo a fuentes policiales, el padrastro de la menor salió a su búsqueda y cerca de un descampado sorprendió a otro hombre abusando sexualmente de la niña. Allí sucedió lo menos esperado y lo más aterrador. En lugar de llamar a la policía o intentar retenerlo hasta la llegada de las fuerzas de seguridad, el hombre le pidió al agresor su teléfono personal y otros objetos para dejarlo así escapar.
Pocos minutos después, efectivos de la Comisaría 20 prestaron los primeros servicios de atención a la niña, mientras que miembros de la Unidad Investigativa Departamental (UID) iniciaron la búsqueda del autor del hecho.
El propio padrastro conocía con anterioridad al atacante, de quien brindó los datos de su domicilio. Así, el agresor fue capturado finalmente en el Hospital General Las Heras, luego de que su mujer indicara que acudió allí para hacerse atender por unas heridas. Una vez en el nosocomio, el propio agresor reconoció la insólita “extorsión” recibida por parte del padrastro de la víctima.
Las autoridades judiciales ordenaron así las dos detenciones. Al atacante se lo imputó por abuso sexual, mientras que al padrastro se le formalizó la acusación por coacción del hecho delictivo.
En principio, la niña de 11 años no sufrió heridas de gravedad y su vida quedó fuera de peligro.