La única forma en la que Maximino Barúa (29) pueda evitar la prisión perpetua es que lo declaren inimputable por problemas mentales. Se trata del hombre que el lunes pasado mató a puñaladas y machetazos a su mujer Paulina Portillo (27) en Eldorado. Hasta el momento, de los informes y testimonios recabados no surge que el femicida sufra problemas mentales que le impidan entender la criminalidad de sus actos. No obstante en los próximos días lo someterán a pericias psiquiátricas y psicológicas.
Maxi, como le conocían sus vecinos, mantenía un régimen de hierro puertas adentro de su casa, según declararon conocidas de la víctima. Controlaba hasta qué ropa se ponía su pareja y habría sido el causante de que ella se alejara de sus padres y demás familiares.
La pareja pasó Semana Santa en Paraguay, donde viven los parientes de Barúa. Volvió el lunes a la tarde. La tragedia sucedió por la noche, luego de una discusión entre Maximino y Paulina, en una habitación contigua a la de los hijos de ambos, de entre 2 y 9 años.
Maxi quiso huir, pero una de las cámaras de seguridad lo delató y la Policía lo atrapó, poco después del crimen. Ayer se abstuvo de declarar al ser citado a indagatoria por la jueza de Instrucción Dos, Nuria Allou. Le imputaron el delito de “homicidio doblemente calificado por femicidio y por la convivencia”, que contempla un único castigo: la perpetua.
Fuente: Misionesonline