Juan Carlos Ramos fue hallado culpable del delito de “robo calificado” y lo castigaron con siete años de cárcel.
A mediados de 2016, Juan Carlos Ramos (33) ingresó a una heladería y amenazó con un puñal a dos empleadas. Tenía el casco de seguridad cubriendo parte de su rostro y logró huir con 430 pesos y el teléfono celular de las víctimas. Pero no fue lejos. El “motochorro”, de oficio tabacalero, fue atrapado por la Policía poco después del atraco.
A casi un año de lo ocurrido, Ramos llegó a debate oral y público por el delito de “robo calificado por el uso de arma blanca”. El juicio inició cerca de las 8.30 del miércoles, en la sala de audiencias del Tribunal Penal 1 de Oberá, ante los magistrados José Pablo Rivero, Lilia Avendaño y Francisco Aguirre. A cargo de la acusación estuvo la letrada Estela Salguero de Alarcón, representante del Ministerio Público Fiscal.
Durante el debate, el acusado pidió la palabra y negó ser el autor del ilícito. Incluso afirmó que nunca uso casco de motocicleta ni armas blancas. Como coartada indicó que al momento del hecho se encontraba en la localidad de Los Helechos, trabajando en una tarefa.
Su versión se derrumbó minutos después cuando uno de los testigos, exjefe de la cuadrilla de tareferos en la cual se desempeñaba Ramos, dijo que el día del hecho no lo recordaba entre los empleados.
Sin embargo, la prueba más contundente fue cuando ambas víctimas lo reconocieron y señalaron como el responsable del hecho. Las jóvenes coincidieron en sus descripciones y finalmente Ramos no tuvo escapatoria.
Ante ello, el Tribunal lo sentenció a la pena de siete años de prisión y a la vez, lo declaró reincidente por contar con antecedentes delictivos. Tras conocerse el fallo, nuevamente Ramos fue trasladado a la Unidad Penal II de Oberá donde purgará la condena.
Con un puñal
De acuerdo al expediente, todo ocurrió el miércoles 1 de junio de 2016 en una heladería ubicada sobre la avenida Sarmiento de Oberá.
Cerca de las 20.30 las dos empleadas realizaban el arqueo de caja cuando ingresó Ramos, con un puñal en la mano. Las amenazó y obligó a que entregaran el dinero recaudado. Pero no conforme con lo obtenido, exigió que le entreguen los teléfonos celulares y finalmente huyó de la escena.
Las víctimas radicaron la denuncia y aportaron una serie de datos físicos del sospechoso. Con los elementos facilitados la Policía logró atrapar a Ramos.
Entre las medidas solicitadas por la Justicia, se realizó una rueda de reconocimiento en la cual ambas víctimas reconocieron al sospechoso como autor del ilícito.
Fuentes judiciales precisaron a PRIMERA EDICIÓN que Ramos cuenta con amplios antecedentes por delitos contra la propiedad, hurto y robos. Y no sólo eso, ya que en 2004 fue sentenciado por un hecho de homicidio cuya pena cumplió en 2012.