Esperan una mejora para la tarde del jueves, pero después de un viernes y un sábado con buen tiempo, las inclemencias retornarían el domingo. «El niño» haría que las condiciones adversas prevalezcan hasta septiembre.
En lo que hace a la situación meteorológica en la provincia, el panorama se presenta desalentador. Y si bien las lluvias se detendrían por un par de días, volverán a escena y permanecerán por al menos una semana más.
Desde la Dirección General de Alerta Temprana de Misiones aseguraron que la pausa que traería la mejora será muy corta: durante la tarde de este miércoles continuarán finas lloviznas que prevalecerán hasta el jueves, cuando darían tregua. Pero las condiciones de buen tiempo estarán presentes sólo el viernes y el sábado, aunque el cielo igual estará muy nublado y con neblinas, lo que indica la persistencia de la humedad.
En la madrugada del domingo volverán las lluvias que llegarán para quedarse hasta buena parte de la próxima semana. El clima será húmedo, inestable y lluvioso durante junio, mes que se pronostica recibirá entre 300 y hasta 600 milímetros de agua como parte del fenómeno de “El Niño” que afecta a buena parte América del Sur y a Argentina en particular.
El meteorólogo Marcelo Kusik admitió que partir del jueves se sentirán temperaturas de alrededor de seis grados en la Zona Centro y de entre ocho y diez grados en la Zona Sur.
Para el viernes se espera la jornada mas fría, especialmente en la Zona Centro, con una térmica de siete grados y con baja posibilidad de heladas en alguna zona resguardada del viento. Para las Zonas Sur y Norte, no se esperan heladas: se sentirá el frío por la mañana, con una mínima de entre 9 y 11 grados, y durante el fin de semana se acercará a los 20 grados aproximadamente.
Aseguró que junio se mantendrá con altibajos de temperaturas. “Un día podremos tener ocho grados y al otro día tener quince grados a la misma hora. Y las heladas, de producirse, no serán intensas, tampoco prolongadas”.
Adelantó que la etapa de “El Niño” sigue evolucionando y “todo indica que tendremos un invierno y una primavera con lluvias por encima de los valores normales, incluso en el próximo verano. Las tendencias muestran un septiembre en el que podrá llover más de 600 milímetros”, dijo.
A entender de Kusik, la producción corre riesgo de atravesar una situación similar a los años 2009, 2014, donde las pérdidas que se registraron fueron cuantiosas. Es que será un invierno y una primavera con mucha lluvia, mucha tormenta y posibilidades de caída de granizo.
“Se puede decir que en los últimos días la actividad agrícola está paralizada, en particular la cosecha de la yerba mate. Por la lluvia los caminos están intransitables y no hay manera de arreglarlos, imposibilitando el traslado de los raídos”, contó.
Indicó que a la vera de los caminos vecinales se observan lotes de plantaciones con abundante caída de hojas, en partes hasta en un 80%, por exceso de humedad. Y si bien el productor trata de rescatarlas, se hace imposible trabajar en estas condiciones y menos aún el traslado.
“Los camiones no pueden ingresar, y se va complicando. También es damnificado el sector ganadero, el de producción de hortalizas, ya que las plantas inician un proceso de putrefacción porque la humedad es muy alta y no hay sol”, agregó.
La situación también se presenta crítica para la industria de la madera, que está detenida por la falta de insumos.
Fuente: Primera Edición