Para trabajar en esto, recibe apoyo psicológico y de su familia. De manera lenta pero eficiente, la mujer policía que dio a luz en coma lucha por retomar su vida normal.
Hasta la palabra milagro le queda chica. Pasaron casi nueve meses del siniestro vial que la dejó en coma y Amelia Bannan continúa dando pequeños pero firmes pasos que la lleven a su recuperación total para poder retomar su vida previa a aquel 1 de noviembre de 2016. Pero todavía resta trabajo ya que aún tiene problemas para reconocer a su bebé, Santino, de siete meses.
Amelia continúa el camino de su recuperación en la Clínica Neuma, en la que se encuentra desde marzo y donde realiza una serie de tratamientos que incluyen kinesiología, psicología, psicopedagogía y fonoaudiología. “La vemos bien”, señaló su hermano César Bannan, en diálogo con PRIMERA EDICIÓN.
Destacó que va bien en su evolución y agregó “que esta semana le retiraron el botón gástrico por lo que está trabajando en la deglución”. Señaló que todavía no camina pero está con mucho tratamiento de kinesiología y que, si bien llevará su tiempo, “está respondiendo bien a los ejercicios”.
Es a nivel psicológico donde hay que trabajar más fuerte. Debido al accidente que sufrió el 1 de noviembre pasado junto a sus colegas, le quedaron algunas secuelas neurológicas por lo que, hasta el momento, no puede reconocer a Santino como su hijo. “Llega hasta un momento en el que se acuerda de todo, pero al bebé no lo reconoce todavía. Le dice a Norma, su otra hermana, que su bebé es muy lindo. Nosotros le contamos cosas y en fonoaudiología están haciendo varios ejercicios como para que ella vaya incorporando nueva información. No nos podemos quejar porque avanza, de a poco, pero avanza”.
César consideró que Amelia necesita, como mínimo, tres meses más de trabajo intensivo en la Clínica Neuma para poder comenzar a analizar la posibilidad de volverse una paciente ambulatoria. “Quizás algunos piensan, por las fotos, que ella está bien, que ya podría estar en su casa, pero no es así. Su recuperación es eficiente, pero lenta. La vez que salimos con ella, que fuimos a la Costanera, fue para que tenga algún estímulo distinto porque hacía siete meses que no salía a ver el sol y notamos que le hizo muy bien”.
Pese a ésto y como testigo de su evolución diaria, César consideró que “como paciente ambulatoria su recuperación completa sería más complicada” por lo que “todavía no está en condiciones de ser dada de alta”.
Su estado en voz de su médico
El fisioterapeuta Roberto Gisin es quien atendió a Amelia desde el primer día. En diálogo con PRIMERA EDICIÓN aseguró que “tuvo una recuperación que no se hubiera esperado tras el accidente. Pasó de estar en coma a un estado de lucidez”.
Sobre que todavía no reconoce a su bebé, Santino, indicó que “eso está costando un poco, porque hay momentos en los que recuerda y momentos en los que no”. Para avanzar en este aspecto, la joven policía se encuentra trabajando con la psicóloga y su familia, quien le muestra fotos y trata de hacerle recordar su embarazo.
En su proceso de recuperación, el profesional detalló que comenzó a hablar, “responde consignas, se puede llevar una charla, hasta que no recuerda determinadas cosas y debido a ello se angustia”. Indicó que lentamente comenzó a leer y destacó como positivo la mejora en la deglución, lo que permitió esta última semana retirarle el botón gástrico pero a su vez señaló que todavía hay que trabajar en el control de esfínteres.
Desde el aspecto físico señaló que camina con ayuda. “Logró sentarse, pararse y dar pasos”. Consideró que “hay que seguir trabajando de manera intensiva” en su recuperación para que Amelia pueda retomar su vida.
Amelia Bannan viajaba, embarazada de cinco meses, en el auto que sufrió un siniestro vial el 1 de noviembre pasado a la altura de Santa Ana. Iba con cuatro colegas que sufrieron heridas de distinta consideración. Amelia fue la más afectada. Quedó en estado de coma con pronóstico reservado y así dio a luz a su bebé Santino el 24 de diciembre pasado. Poco más de un mes después, Santino fue dado de alta y Amelia comenzó a reaccionar. Fue derivada a la Clínica Neuma donde continúa su recuperación. Su historia recorrió el mundo porque hasta la palabra milagro le queda chica.
Fuente: Primera Edición
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