El protagonista de uno de los casos más aberrantes de abuso sexual ocurridos en Oberá se declaró culpable y se sometió a un juicio abreviado. La defensa y la Fiscalía negociaron la pena que finalmente le impuso la Capital del Monte: 16 años de cárcel.
El hombre de 32 años obligaba a sus hijos menores a tener relaciones sexuales y los filmaba. Primero hacía que miraran películas pornográficas y luego amenazaba al chico de 13 para que tuviera sexo con su hermanita de 10. Luego, él violaba a la nena. Esta aberración fue plenamente probada por la Justicia.
La denuncia por el hecho la radicó en octubre del año pasado la madre de las víctimas. Ante ella, los niños rompieron el silencio y decidieron contar lo que su propio padre les hacía.
La declaración de los hermanos en Cámara Gesell fue demoledora para con el acusado. Esos relatos más lo que se levantó del celular con el que filmaba los abusos resultó contundente a la hora de la prisión preventiva que le dictaron y ahora en la instancia de juicio.
Los camaristas Francisco Aguirre, Lilia Avendaño y José Pablo Rivero homologaron el acuerdo y el hombre de 35 años empezó a pagar la condena por la aberración que cometió.
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