Un fuerte terremoto de magnitud 7,1 sacudió este martes fuertemente la capital mexicana y causó al menos 219 muertos, según la cifra provisional ofrecida en el último balance oficial de las autoridades, un saldo que podría aumentar dadas las altas probabilidades de que haya más personas atrapadas bajo los edificios derruidos. Se produjeron muchas escenas de pánico justo cuando se cumplen 32 años del poderoso terremoto que dejó miles de muertes en la Ciudad de México.
Mientras tanto, en la Ciudad de México hay un total de 45 edificios destruidos y se teme que haya personas atrapadas. Los equipos de rescate y los vecinos trabajan para encontrar y salvar a muchas personas que se temen se encuentran bajo los escombros.
El coordinador nacional de Protección Civil, Luis Felipe Puente, llegó a afirmar que la cifra de fallecidos era de 248, pero más tarde rebajó el total a 217 muertos : 86 en Ciudad de México, 71 en Morelos, 43 en Puebla, 12 en el Estado de México, cuatro en Guerrero y uno en Oaxaca. La cifra no es definitiva y podría variar en las próximas horas.
Entre los fallecidos hay más de una veintena de niños que perdieron la vida en el Colegio Enrique Rebsamen. La escuela se derrumbó con los temblores y también murieron varios adultos. Ahora entre los escombros están buscando desesperadamente a unos 30 menores de edad que habrían quedado sepultados.
En el resto del país los equipos de emergencia se esfuerzan por rescatar a las personas atrapadas en los edificios derrumbados en Ciudad de México, en medio de un caos circulatorio que dificulta el paso de ambulancias y por el temor a que se produzcan nuevos temblores. La Comisión Federal de Electricidad (CFE) informó de que 3,8 millones de clientes carecen de suministro de energía eléctrica debido al movimiento telúrico.
El Servicio Sismológico Nacional (SSN) detalló que, según el reporte preliminar, se trató de un solo evento sísmico en los límites de Morelos y Puebla. El movimiento telúrico fue de magnitud 7,1 y su epicentro, registrado a las 13.14 hora local (18.14 GMT), se localizó a 12 kilómetros al sureste de Axochiapan, en el central estado de Morelos, a una profundidad de 57 kilómetros. El temblor se produjo unas dos horas después de efectuarse un simulacro conmemorativo del poderoso temblor de 1985, de magnitud 8,1.
Esta vez el seísmo se sintió con más fuerza en la capital que el registrado el pasado 7 de septiembre, de magnitud de 8,2 en la escala de Richter, dado que el epicentro fue más cercano, en el límite entre los estados de Puebla y Morelos y a 120 kilómetros de la Ciudad de México.
El sismo derrumbó al menos una treintena de edificios en distintas zonas de la Ciudad de México, como las colonias Condesa, Del Valle, Narvarte, Centro, Coyoacán y Xochimilco, entre otras. El movimiento, que sacudió esta tarde fuertemente la capital mexicana, también causó numerosos cortes en el servicio eléctrico, fugas de gas e interrumpió el servicio de telefonía, así como el del Metro.
En el sur de la ciudad, en Coyoacán, la Iglesia de San Juan Bautista sufrió daños en una de sus torres y en Xochimilco se cayó la parroquia de San Bernardino. En esta zona un videoaficionado registró el fuerte movimiento del agua de los canales. Un ola gigante cruzó de lado a lado y removió las trajineras (embarcaciones tradicionales).
En todas las zonas afectadas hubo daños en edificios, algunos de los cuales se desplomaron, así como muros y fachadas de departamentos y edificios públicos en una capital donde aún se respira miedo.
Al poco de producirse el terremoto la ciudadanía que había salido a la calle para resguardarse del temblor se organizó para ayudar en las tareas de limpieza de escombros, cuya rapidez es vital a la hora de encontrar con vida a las personas que podrían estar atrapadas por la runa. En este sentido, las horas posteriores al sismo son críticas para los servicios de rescate. Sólo en Ciudad de México hay 20 millones de habitantes.
El temblor generó numerosas escenas de pánico en la capital de México solo dos horas después de que la ciudadanía saliera a las calles de todo el país en un simulacro conmemorativo del terremoto de 1985. De magnitud 8,1 fue el terremoto que asoló la Ciudad de México el 19 de septiembre de hace 21 años y dejó 10.000 muertos, según fuentes oficiales, cifra que la Coordinadora Única de Damnificados elevó a 45.000.
El presidente mexicano, Enrique Peña Nieto, voló de regreso a la capital tras el sismo y convocó al Comité Nacional de Emergencias para evaluar la situación y coordinar acciones. ”El PlanMX ha sido activado”, señaló el mandatario a través de la red social Twitter, en la que también explicó que regresaba “de inmediato a la Ciudad de México para atender la situación por sismo”.
México sufrió el pasado 7 de septiembre el mayor seísmo registrado en el Golfo en el último siglo, de magnitud 8, 2. Chiapas y Oaxaca, las zonas más afectadas, todavía se están recuperando del terrible tempblor que sesgó la vida de 98 personas e hirió a más de 250 heridos. En las diez horas posteriores hubo un total de 266 réplicas.
El mayor terremoto registrado en Latinoamérica, y también en el mundo, se produjo el 22 de mayo de 1960 en la localidad chilena de Valdivia, con una magnitud de 9,5, y que produjo un “tsunami” que cruzó el Océano Pacífico y llegó hasta Hawai (EEUU) y Japón. En este seísmo y los que se produjeron en los días previos en el sur de Chile murieron más de 5.000 personas.
Reacciones internacionales
Uno de los primeros líderes internacionales en reaccionar al terremoto fue el e presidente de Estados Unidos, Donald Trump, quien envió su apoyo al pueblo mexicano. “Dios bendiga al pueblo de la Ciudad de México. Estamos con ustedes y estaremos allí para ustedes”, dijo el mandatario en un breve comentario en su cuenta de la red social Twitter, al poco tiempo de conocerse la catástrofe. Seguidamente, también hizo lo propio el vicepresidente de EE.UU., Mike Pence. “Nuestros corazones están con la gente de Ciudad de México, Estamos pensando en vosotros y, como ha dicho el presidente, estamos con vosotros”, agregó Pence por el mismo medio.
Trump fue duramente criticado recientemente tras tardar seis días en manifestar cualquier tipo de condolencia al Gobierno mexicano tras un seísmo de 8,2 grados el 7 de septiembre.
El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, también ha trasladado su apoyo y su solidaridad al pueblo de México. El jefe del Ejecutivo ha indicado además que sigue “con atención” la información sobre los daños materiales y humanos que el potente terremoto ha causado, según ha escrito en un mensaje en su cuenta personal de Twitter.
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