El prefecturiano retirado Pablo Julio Paz, uno de los tres enjuiciados por la llamada Masacre de Panambí, declaró este miércoles ante el Tribunal Penal de Oberá. Se desligó del hecho y explicó por qué tenía armas en su poder.
El hombre compareció un día después de que lo hicieran su esposa y su hijo, quienes aseguraron que el día del cuádruple crimen, el jefe de familia estaba en su casa de San Javier.
“Nunca conocí a la familia Knack, ni supe de ellos”, arrancó el imputado.
Admitió que de los demás acusados, tenía trato con el chapista Marcial Alegre. Contó que ambos tenían especial predilección por la reparación de autos y que incluso cuando Alegre empezó a militar en política, pensó en sumarse. “Hasta pensábamos poner una radio”, afirmó. En este punto habló de la tensión (siempre por cuestiones políticas) que tenían con el entonces administrador del ingenio azucarero del IFAI, Marciano Martínez.
Aseguró además que tiene armas y municiones, pero no en la cantidad que trascendió que guardaba en su residencia
“Las armas que tengo están autorizadas por el Renar. Sabía que Alegre tenía las suyas, que pintaba así como los vehículos. Pero desconocía que guardaba armas de guerra, ni explosivos, ni detonadores. Yo nunca tiré con Alegre”, afirmó Paz.
“A Juan Ramón Godoy (el acusado restante) no lo conocía. Recién lo vi en el penal. Tampoco conocía a la familia Knack, hasta que me fueron a detener, el 27 de mayo de 2014”, añadió.
Para el jueves están citados otros 11 testigos, entre ellos l mujer, los hijos y una sobrina de Godoy. El hombre es sindicado como quien aportó el auto que supuestamente utilizaron los asaltantes que cometieron la matanza.
La Masacre de Panambí sucedió la tarde-noche de 2014. Ese día, una banda irrumpió en la casa del maderero Oscar Carlos Knack (44) y además de reducirlo a él, tomó cautivos a su mujer Graciela (42) y a dos hijos de la pareja, Bianca (12) y Cristian (25). Los cuatro fueron torturados y luego los prendieron fuego vivos.
Fuente: Misionesonline