Ya pasaron cinco días desde que se reportó la desaparición del submarino ARA San Juan y aún no hay indicios de cuál podría ser su destino. Decenas de unidades argentinas y de otros países que ofrecieron apoyo forman parte del operativo para localizar a la nave, que perdió contacto con la base en la mañana del miércoles cuando se trasladaba de Ushuaia a Mar del Plata.
Hoy colaboran en la búsqueda Estados Unidos, Reino Unido, Brasil, Francia, Alemania, Perú, Chile, Uruguay y Colombia. Según informó el Ministerio de Defensa a última hora del lunes, en total se encuentran disponibles 16 medios aéreos y 31 navales para rastrillar un área de operaciones de 482.507 kilómetros cuadrados.
En los últimos días hubo dos novedades que durante algunas horas alimentaron la esperanza del hallazgo. La primera fue la detección de siete comunicaciones que, se creía, podrían provenir del ARA San Juan. La información, sin confirmar, fue difundida por la cartera que conduce Oscar Aguad. La noticia fue luego ratificada por el vocero de la Armada, Enrique Balbi, quien más tarde tuvo que aclarar que el dato aún no había sido verificado. Luego se supo que las llamadas no partieron de la nave buscada.
La segunda pista duró todavía menos. En la mañana de ayer se informó que al menos desde tres buques que trabajan en la búsqueda se escuchó un ruido que podría pertenecer al ARA San Juan. Se dijo que podría ser una señal del buque, pero más tarde se comunicó que el sonido no pertenece a un submarino. «No corresponde a un patrón de lo que sería golpes de casco en sistema morse. Es un ruido constante que podría ser un ruido biológico», fue la explicación del portavoz.
Por otro lado, el lunes se supo que el submarino había comunicado a la base naval «una avería» en las baterías, que son indispensables para la propulsión del submarino en profundidad, pero no para que la nave emerja. A través de su vocero oficial, la Armada le bajó el tono a la novedad al aclarar que no necesariamente la desaparición de la nave está vinculada con este inconveniente.
Todavía falta rastrillar un 20% de la zona de operaciones y la Armada confía en que las condiciones meteorológicas van a acompañar. «Las operaciones van a continuar como en los últimos cinco días. Mañana (por hoy) el clima va a mejorar y los rastrillajes van a poder ser más efectivos», aseguró Balbi en el último parte de la jornada.
Estados Unidos es uno de los países que más está colaborando con la búsqueda. Entre el domingo y el lunes aterrizaron en Comodoro Rivadavia cuatro aviones, pero se quedaron en suelo argentino solamente tres: dos C-17, de transporte –uno de ellos con un remolcador Tunner 60K Aircraft Cargo Loader y tres miembros del 437th Aerial Port Squadron- , matrículas 80051 y 10193 que se suman a los cuatro ya arribados en los últimos días, y un Galaxy C-5, la nave de transporte más grande de los Estados Unidos y una de las más grandes del mundo, matrícula 70028. Pero aquí no terminará la ayuda: hoy llegarán tres C-5 más.
Los técnicos norteamericanos trabajan para armar un «mini» submarino de salvataje. El trabajo para armar la pequeña nave es a contrarreloj. Sumado a esto, están terminando el armado de dos lanchas rápidas para trabajar sobre el agua y tener todo el equipamiento disponible lo antes posible. Además, hay entre 160 y 180 personas trabajando entre personal para ensamblar equipos, buzos tácticos y especialistas en rescate submarino de la Armada de Estados Unidos y unos 350 mil kilos de equipo.