Tras 19 días sin contacto con el submarino ARA San Juan, la Armada continúa descartando posibles indicios sin llegar al objetivo. Este domingo, el vocero Enrique Balbi confirmó que una imagen registrada a 950 metros de profundidad no se corresponde con la nave.
El viernes la Marina había informado que se verificarían visualmente «cuatro puntos de contacto» detectados a distintas profundidades en la zona donde se realizan los rastrillajes. Dos de ellos ya fueron descartados. Hoy continuarán los trabajos sobre los dos restantes.
El primero se ubica a 700 metros de profundidad y el otro a 800 metros. Fueron identificados por dos buques con sensores diferentes.
Sin embargo, estiman que durante los próximos días el empeoramiento de las condiciones climáticas dificultará utilizar el sumergible ruso Pantera Plus y los obligará a continuar con el operativo a nivel de la superficie con sonares.
Por otro lado, se suman al operativo tres minisubmarinos que pueden descender hasta los 6 mil metros. Dos de ellos, el Konsul y el Rus, llegarán el martes en el buque ruso Yantar. Por su parte, el ROV de Estados Unidos arribará en las próximas horas a Comodoro Rivadavia y desde allí será transportado por el buque Atlantis hasta la zona de búsqueda.
El jueves pasado, al cabo de 15 días de búsqueda, la Armada anunció que daba por terminada la fase de rescate y que ya no busca sobrevivientes. Disconformes con esta decisión, familiares de los tripulantes del San Juan marcharon desde la Base Naval de Mar del Plata hasta el Casino Central de la ciudad para reclamar que continúe el operativo rescate.
En el camino entonaron un cántico que resumía su postura: «Búsqueda y rescate. Búsqueda y rescate». En la Catedral, leyeron una oración. Cientos de vecinos les brindaron su apoyo y solidaridad cuando pasaban.
«Macri está más preocupado por el G-20 que por nosotros, tendría que haberlo suspendido», afirmó este sábado Luis Tagliapietra, padre de uno de los tripulantes, sobre la cumbre económica.
La búsqueda se concentra en un área demarcada desde el lugar donde se registró el último contacto con el submarino, el 15 de noviembre, y el sonido «coincidente con una explosión», detectado ese mismo día por el Organismo de Prohibición de Armas Nucleares.