Tras escuchar a todas las partes, analizar los indicios y las pruebas, los jueces Francisco Aguirre, Lilia Avendaño y Jorge Erasmo Villalba darán a conocer hoy el veredicto del juicio por el cuádruple homicidio de la familia Knack.
La lectura de la sentencia del Tribunal Penal Uno está prevista para las 9, en el SUM de la Unidad Regional II de Policía, sito en avenida Sarmiento 830 de esta localidad.
En sus alegatos, el ministerio fiscal y la querella solicitaron la pena de prisión perpetua para los imputados Pablo Julio Paz (54), Juan Ramón Godoy (47) y Marcial Benicio Alegre (54). Por su parte, los codefensores pidieron la absolución de los tres.
A lo largo de las doce audiencias del debate oral y público, quedó probado que en la tardecita del domingo 25 de mayo del 2014, cinco delincuentes encapuchados ingresaron al domicilio de la familia Knack, en el kilómetro 7 de la ruta Provincial 5.
Los delincuentes actuaron con extremada saña, al punto que golpearon, torturaron y quemaron vivas a las víctimas, identificadas Oscar Knack (43), su esposa Graciela Mabel Mojsiuk (42) y sus hijos Bianca (12) y Cristian (25).
El único sobreviviente de la familia fue Carlos “Nano” Knack (27), quien al momento del horrendo hecho se encontraba en la casa de su novia.
“Debemos decir que sin lugar a dudas quedó probado que el hecho ocurrió y que las personas aquí presentes participaron del mismo”, indicó en su alegato el fiscal Elías Bys, quien relató que “entre las 19 y 19.30 del 25 de mayo del 2014 cinco personas, de las cuales tres fueron identificadas y están en este recinto, ingresaron por la puerta trasera de la casa de la familia Knack y sorprendieron a sus ocupantes que estaban mirando televisión. Los redujeron y pidieron los aproximadamente 357 mil pesos que Cristian Knack trajo ese día de Corrientes. Los golpearon y después torturaron a la pequeña Bianca”.
La acusación
El 26 de mayo por la tarde, mediante un llamado telefónico a la comisaría de Panambí, una persona anónima indicó que en un tráiler ubicado en el taller de Alegre, en San Javier, hallarían las armas utilizadas en el hecho y el dinero robado.
A partir de eso dato detuvieron a los tres imputados, aunque luego se probó que el arsenal en poder del chapista no tuvo relación con la masacre y el botín nunca fue encontrado.
En tanto, antes de fallecer en el hospital Madariaga de Posadas, Cristian Knack declaró que logró identificar a un sujeto les compraba madera y que los malvivientes se escaparon a bordo de un VW Bora gris.
Cristian logró saltar por la ventana de la habitación donde los encerraron y se revolcó en el pasto para extinguir el fuego de su cuerpo, instancia en la que dijo haber reconocido a uno de los delincuentes que se quitó el la máscara, a quien identificó como “el prefecturiano o ex prefecturiano” que les compraba madera.
“Cristian corrió hasta la ruta”, aseguró Bys, donde logró observó que los autores del hecho ascendieron a un VW Bora.
Por su parte, el querellante Javier Millán Barredo indicó que “Cristian se despertó, habló y murió. Dijo la verdad y murió, pero no mintió. Dijo que entraron con una barreta, y la barreta estaba ahí; que lo ataron con un cinto y el cinto quemado fue fotografiado. Dijo que los ataron y los prendieron fuego vivos, lo que también está probado. Dijo que cuando salió de la casa vio a uno de los delincuentes que ya no tenía capucha y lo reconoció. La capucha también fue encontrada”.
Asimismo, defendió la tarea de los peritos de Criminalística de la Policía. Citó que la huella compatible con Paz fue levantada el 26 de mayo del 2014 en presencia del testigo Rubén Elías García, “a quien ninguno de los imputados le preguntó nada. Cómo puede ser que no le hayan preguntado nada siendo que argumentan que el procedimiento fue irregular”, señaló.
Para Millán Barredo la huella “constituye un testigo mudo que ratificó todo lo dicho por Cristian Knack”, como “otro testigo mudo es el informe de las pericias de ADN que colocan en el lugar a Paz y a Godoy”.
La defensa
A su turno, los codefensores María Cristian Salguero, Eduardo Paredes y Ramón Grinhauz cuestionaron la validez de la declaración de Cristian Knack y desestimaron la llamada anónima que apuntaló la investigación. También expresaron serios reparos sobre las pericias de ADN y criticaron la cadena de custodia de las pruebas.
“Nunca vi un caso con tantas irregularidades como este. Este expediente es nulo desde la declaración de Cristian Knack. Es insanablemente nulo. El destino de este expediente, en poco o más tiempo, será la frustración de la familia Knack y la tragedia secundaria de estas personas detenidas”, opinó Paredes en su alegato.
Puso en duda que Cristian haya declarado lo que se cita en el expediente, puesto que el procedimiento no contó con la presencia de funcionarios judiciales ni los defensores. Tampoco se tomó el recaudo de grabar los dichos de un testigo agonizante.
“Como no estuvimos ahí o no hubo una defensa para ver, no podemos decir que eso es cierto. Yo tengo mis dudas”, disparó el letrado.
Precisamente, la declaración del joven aparece como el hecho central de la investigación del caso, puesto que puso en escena a un “prefecturiano o ex prefecturiano” que les compraba madera y cuyo nombre y número de teléfono debía figurar en las anotaciones que su mamá llevaba de los movimientos del aserradero.
El nombre de Paz ni de los otros imputados nunca apareció en dichos registros, aunque la querella y la fiscalía especularon que se pudieron haber quemado o la mujer borró el nombre de Paz porque su marido era celoso.
El defensor también consideró que el VW Bora apareció en escena “porque Godoy tiene un Bora. Si lo ubicaban primero a Alegre, sería una camioneta porque Alegre tenía camioneta”.
Fuente: territoriodigital