Esta semana, desde el CECY (Centro Experimental de Cría de Yaguareté) que se encuentra en el núcleo de Parque Iberá, sobre la isla San Alonso, en Corrientes- de la organización ambiental The Conservation Land Trust, dieron a conocer “la noticia más esperada para la conservación” de la especie en categoría de peligro de extinción en el país.
https://youtu.be/QX0fMhignOg
“Es un momento histórico para Corrientes y el resto de la Argentina. Después de décadas de ausencia, nacieron los primeros cachorros de Yaguareté en Iberá. Luego de mucho esfuerzo amanecimos con esta gran noticia: Los hijos de un yaguareté huérfano que perdió la libertad de cachorro, Chiqui, y de una hembra nacida en cautiverio, a quien le falta una de sus patas,Tania, podrán vivir libres en un área natural protegida”, explicaron especialistas de la organización.
El yaguareté es el mayor felino de América y actualmente se encuentra en peligro crítico de extinción en la Argentina, después haber perdido el 95% de su distribución original.
Chiqui fue cedido en préstamo por la Entidad Binacional Yacyretá (EBY) y Tania por el Zoo de Batán. “Estos cachorros simbolizan una apuesta al futuro. Con su nacimiento damos un paso clave para evitar la extinción de la especie en Argentina. Sin ellos como reyes no hay equilibrio ecológico. Hoy le damos la bienvenida a la nueva generación de guardianes.
En Corrientes y en la Argentina, ese suceso se convierte en un símbolo de esperanza contra la extinción de las especies”, auguran desde CLT.
Los días de las nuevas crías
En tanto, en la jornada del viernes dieron a conocer desde la CLT, través de sus redes sociales, la imagen en video de como van evoluciando las crías de Tania.
El CECY (Centro Experimental de Cría de Yaguareté) se encuentra en el núcleo de Parque Iberá, sobre la isla San Alonso. El objetivo del recinto es lograr la reproducción yaguaretés procedentes del cautiverio y conseguir que sus crías desarrollen un comportamiento apto para que puedan vivir en libertad.
Tania y sus cachorros se encuentran en la zona de cría, en un recinto de 1,5 hectáreas de pastizales naturales, con zonas abiertas y otras zonas forestales que sirven como refugio.
El recinto es monitoreado a través de cámaras de vigilancia remota y los animales son controlados por el equipo de biólogos de CLT desde sus oficinas a 3km del recinto ya que es sumamente importante que no haya interferencia humana para que los cachorros puedan desarrollar un comportamiento natural.