Fue un show breve con el cantante británico Robbie Wiliams y la soprano rusa Aria Garifullina.
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Iker Casillas hizo lo más importante: trajo la copa, en una cajita de lujo. La sacó, la alzó (él puede por su condición de campeón del mundo) se la mostró al mundo. El brillo llegaba hasta la segunda bandeja del estadio olímpico Luzhniki, donde había 82 mil personas.
Robbie Williams estuvo impecable, levantó al público. Cantó Let me Entertain you, Feel, Angel y Rock DJ. El dueto con Aida Garifullina emocionó a los locales, que dos veces ovacionaron a Putin durante su discurso de apertura.
Robbie hizo bailar a las hinchas y bailó cerca de los bancos de suplentes mientras desarmaban el escenario en la mitad de la cancha. En ese momento, con la cámara en sus narices, hizo con un dedo el gesto de “Fuck you”, fuera de programa.
El brasileño Ronaldo entró acompañado de un nenito que le pateó la pelota Telstar a Zabivaka, la mascota del Mundial.
Agencias