Se trata del revólver calibre 38 milímetros que había heredado de su padre. Fue hallado oculto cerca del teléfono de la casa. El resultado compromete a la viuda, única detenida. El aduanero recibió dos balazos fatales en la noche del 9 de julio, en Villa Svea, Oberá.
Las pericias balísticas realizadas al arma secuestrada en la casa del aduanero César Oscar Paganetto (64), asesinado de dos balazos el pasado 9 de julio en Oberá, confirmaron que la víctima fue ultimada con el arma que era de su propiedad. El resultado complica la situación de la viuda, de 72 años, única detenida que tiene la causa.
Según pudo saber PRIMERA EDICIÓN, el informe fue incorporado al expediente que maneja la jueza Alba Kunzmann de Gauchat, titular del Instrucción 1 de Oberá, en los últimos días. Entre esa pericia y los resultados de la parafina, positivos en las dos manos de la mujer, los investigadores sostienen la acusación sobre la imputada por “homicidio calificado por el vínculo”.
El análisis cuenta con la firma del criminalista y comisario inspector Marcelo Maslowski, quien llevó adelante esa labor bajo instrucciones de la Jefatura de la Policía provincial y por expreso pedido de Kunzmann de Gauchat.
El informe revela que los dos “plomos” extraídos del cuerpo de Paganetto partieron del revólver calibre 38 milímetros que la víctima guardaba como herencia de su padre. El mismo era considerado una reliquia por la familia y apareció oculto detrás de un sillón, cerca del teléfono de la casa por el que la mujer se comunicó aquella noche para pedir asistencia médica. Ya en la ambulancia, contaría que su marido había sido asesinado.
El especialista llegó a esa conclusión tras la realización de un “disparo testigo” con la misma arma. El proyectil utilizado en ese procedimiento se cotejó con un microscopio identificador que permitió confirmar las mismas estrías e indicadores que tenían las balas extraídas del cadáver.
Primera Edición