El Hogar Merceditas de Oberá lleva adelante, junto con la Facultad de Ingeniería de la Universidad Nacional de Misiones (UNaM), un programa para la confección de pañales ecológicos, elaborados con tela.
La directora del proyecto, Cecilia Tannuri, y parte del equipo de la casa de estudios –la ingeniera Fátima Schoninger y las alumnas Sandra Cantero y Luisana Gamarra- hicieron entrega al hogar de una máquina de coser, telas y otros materiales.
“Además, vinieron a capacitar a las mujeres para confeccionarlos. Nos explicaron la importancia de los pañales ecológicos y su uso. La segunda etapa que nos gustaría es armar una fábrica, una vez que tengamos un salón nuevo”, explicó la referente del hogar, Mirta Abreu.
Los miércoles son los días de confección de pañales, a partir de las 15.30. La tarea de las mujeres del establecimiento se desarrolla con el asesoramiento de una profesora.
“Es difícil insertarlos (en la comunidad) para su utilización cotidiana, pero la idea es concientizar. Queremos hacer un evento con la Facultad para fomentar su uso. Vamos a tener que trabajar mucho para que sean aceptados y reemplacen al descartable”, reconoció Abreu.
El ahorro, ante los altos costos de los pañales descartables, es una de las principales ventajas. Pero “fundamentalmente el objetivo es el cuidado del medio ambiente”, remarcó la responsable del hogar Merceditas.
La mujer expresó que “trabajamos intensamente con el proyecto. Vamos a hacer una cantidad para llevar al hospital, por ejemplo. Por lo que vimos, no se acepta fácilmente, pero con paciencia seguiremos insistiendo. Tenemos algunas mamás del hogar que los están usando. La idea a futuro es tener una fábrica y venderlos”.
“Contar con el apoyo de la Facultad es gratificante y representa un respaldo muy importante”, destacó Abreu.
Pilotines con sachets
La iniciativa de la Facultad de Ingeniería de la UNaM representa para el Hogar Merceditas su segundo proyecto comunitario. El primero, que sigue en marcha, es la confección de pilotines para lluvia a partir de sachets de yogurt o leche.
“Para el proyecto de pilotines, la Facultad nos ayudó también. Con ellos mejoramos el diseño y nos donaron una máquina para poner los broches y las aplicaciones para cerrarlos fue algo que innovamos. Diseñamos dos modelos estándares y ya hicimos varias entregas, sobre todo a niños de escuelas rurales. También llevamos a un hogar de niños en Posadas”, contó la referente del hogar.
Fuente de la nota Primera edición
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