Dave Ibbotson, de 59 años, era gasista y DJ. Los oficiales de la División de Investigación de Accidentes Aéreos investigan si el vuelo era legal.
El Piper PA-46 Malibu en el que viajaba el goleador argentino Emiliano Sala desapareció el lunes por la noche cuando volaba sobre el Canal de la Mancha. Tras despedirse de sus ex compañeros, el deportista partió del aeropuerto de Nantes-Atlantique rumbo a Gales para sumarse a las prácticas de su nuevo club, el Cardiff. Pero nunca llegó. Al pasar por la zona de Guernsey la aeronave solicitó el descenso, pero la torre de control perdió contacto cuando estaban a 2.300 pies de altura.
Luego que las fuerzas que están encargadas de investigar lo ocurrido informaron que han suspendido la búsqueda, salieron a la luz algunos datos sobre el piloto Dave Ibbotson.
Según la prensa británica, este hombre de 59 años no contaba con una licencia de piloto privado, trabajaba como gasista y DJ para financiar su pasión por los aviones. Contaba con una deuda de 18 mil libras (aproximadamente 24 mil dólares) y estaba sujeto a cuatro fallos pendientes de la corte del condado en el momento del accidente.
Ante estas denuncias, la Oficina de Investigación de Accidentes Aéreos (AAIB) del Reino Unido investigará si el vuelo fue legal.
Ibbo, como también era apodado por sus amigos, según The Sun, era uno de los cuatro pilotos que solía utilizar Mark Mckay (participó como intermediario en la negociación del pase del futbolista y reconoció ser el encargado de contratar el vuelo) para trasladar jugadores o jinetes.
La actividad principal de Ibbotson era la de gasista. Le solicitaba a sus amigos en redes sociales que buscaran su sitio web para aumentar su calificación en Google. En su tiempo libre el oriundo de Scunthorpe también trabajaba como DJ en fiestas privadas.
Según pudo confirmar Infobae, Emiliano Sala desechó el ofrecimiento de Cardiff de viajar por una vuelo de línea y aceptó el ofrecimiento de Mckay de tomar un vuelo privado para retornar a Gales.
Ibbotson contaba con una licencia de piloto privado británico, lo que le permite transportar pasajeros entre aeropuertos siempre y cuando no perciba dinero. Pero si le pagaran una tarifa que superara sus costos de combustibles y gastos para llevar a Sala entre Francia y Gran Bretaña se lo clasificaría como un vuelo comercial, por lo que debiera contar con una licencia comercial.
Él aprobó su prueba piloto en Estados Unidos en 2014. El registro de la Autoridad Federal de Aviación en los Estados Unidos dice que posee una licencia de piloto privado británico, que no es válida para los vuelos programados o «pagados».
Vale mencionar que hasta 2009, antes de convertirse en piloto, fue miembro de la Asociación Británica de Paracaidistas. Allí nació su pasión por volar. Comenzó a sumar horas de viaje transportando a paracaídas.
En el pasado voló con el gerente general del Nice FC, Julien Fournier, desde Surrey al puerto francés de Marsella en el Piper PA-46 Malibu.
En un posteo que compartió en la red social se pudo leer una conversación que tuvo con un seguidor en la que aseguraba que el ILS (Instrument Landing System: Sistema de precisión para efectuar aproximaciones y aterrizajes forzosos) de la aeronave estaba «un poco oxidado».
Romina Sala, hermana de Emiliano, al ser consultada en Radio La Red sobre la licencia del piloto, expresó: «Me concentro en que se reanude la búsqueda y encontrar a Emiliano. Lo que es, lo que no es, cómo, cuándo y dónde lo veremos después. Lo primordial es encontrarlo a él».
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