Escribe Nota Editorial – Jorge Mielniczuk Luego del fuerte impacto político y mediático que tuvo el anuncio de la ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner, que acompañaría como candidata a vicepresidente a Alberto Fernández, era de esperar que el Macrismo buscara un efecto similar. Ni un candidato del PRO, ni del radicalismo tendrían el mismo efecto mediático, y tenía que ser del peronismo, es por ello que como última alternativa, se decidieron por el senador Miguel Angel Pichetto, luego de esperar hasta último momento un acuerdo con Sergio Massa, quien terminó acordando con el frente electoral de Unidad Ciudadana y la fórmula Fernández – Fernández. Al igual que la ex presidenta, Mauricio Macri utilizó las redes sociales para anunciar la fórmula electoral. Si bien son siete los frentes electorales, son tres los que ocupan el centro de atención electoral.
La pregunta es qué papel ocupará el radicalismo, al que se le viene ninguneando desde los orígenes del armado del frente electoral. Pidieron internas para definir la candidatura presidencial, ocupar la candidatura a la vicepresidencia, discutir políticas de gestión de gobierno y de medidas económicas y ninguna de ellas siquiera se consideró. Es fácil de visualizar, que en el armado electoral no está contemplado el radicalismo, porque no es un armado de gobierno el que está llevando adelante Macri, sino un armado electoral con el fin de ganar las elecciones, tal lo ocurrido en las pasadas elecciones presidenciales del 2015, que como se convirtieron en una gran estafa electoral bajo el nombre de Cambiemos, ahora se proponen cambiar de nombre del frente electoral, tal cual lo hicieron sin éxito en la provincia de Misiones.
Una mala noticia para el gobierno nacional es que el gobernador de la provincia de Salta Juan Manuel Urtubey, decidió acelerar y cerrar un acuerdo con Roberto Lavagna que se mantuvo estricto en su deseo de no sumarse a ningún lado y logró llegar a ser candidato a presidente. Una mala noticia, porque saben que le restaran votos fundamentales en las paso y dejaran debilitados con vistas a la segunda vuelta, votos que seguramente en su mayoría se sumaran al Frente de Tofos de F.yF. Y mala noticia porque pretendían sumar a un peronista débil sin mucha fuerza y casi un afiche como Urtubey, y ahora irán por el gobernador reelecto en la Provincia de Córdoba Juan Schiaretti, En una maniobra desesperada por revertir el impacto en el electorado por el lanzamiento de la fórmula denominada el Frente de todos.
La desesperación se vio en los medios publicitarios del gobierno nucleados en el grupo Clarín, que salieron a editorializar y sin entrevistar a ningún dirigente radical, que estaban conformes y contentos con la fórmula Macri- Pichetto, cuando los dirigentes del radicalismo se llamaron a silencio por un prolongado tiempo. Por otro lado, mostraron tranquilidad en los mercados bursátiles y financieros, que no podría ser de otra manera, puesto que son los grandes beneficiarios del actual modelo económico y el actual candidato a vicepresidente peronista por el macrismo, Pichetto, a quien lo promovió el año pasado el ex presidenteCarlos Menem, para ese cargo. Pero está ligado a Eduardo Duhalde, y están frescos los recuerdos en el radicalismo de cómo fue la caída del ex presidente Fernando De La Rúa.
Además, Pichetto votó a favor todas las leyes de blanqueo de capitales y todas las leyes que llevaron al nivel de endeudamiento que tiene hoy el gobierno nacional. Incluso se publicitó, y mucho, no solo la satisfacción del mercado financiero, sino que disminuyó en algunos puntos el riesgo país. Claro mensaje hacia donde se dirige la política económica del nuevo frente electoral, que como en Misiones y por sugerencia del senador en España Ramón Puerta, pasará a llamarse juntos por el cambio, acompañado por el ex presidente Eduardo Duhalde, del cual los radicales no guardan buenos recuerdos, pero como es uno de los impulsores de Pichetto, como vice de Macri, por conveniencia y como suerte de salvavidas les absolvieron todos los pecados.