El fallo resolvió también hacer lugar parcialmente a la acción civil, por lo que la acusada deberá pagar -10 días después de que quede firme la sentencia- $ 493.665 en concepto de daño emergente, lucro cesante pasado y daño moral.
La severidad de la pena -que coincidió con el pedido de la fiscalía- generó sorpresa y algunos incidentes menores en la sala. «Mierda, mierda, mierda», gritó la madre de Barattini y salió corriendo. Mientras la acusada era retirada del recinto, algunos de sus familiares insultaron y tuvieron algunos altercados con la seguridad. Una joven fue detenida por romper el vidrio de protección de un matafuegos, en el pasillo de acceso a la sala.
«No compartimos el fallo. Esperamos una condena mucho menor. Fue una sorpresa. Es inédito: en la historia jurídica argentina no hay una condena por un homicidio en grado de tentativa por una lesión en el pene», dijo el abogado defensor Lucas de Olmos y anticipó que apelará la condena. Esperaban una pena más baja, en el rango de entre los 3 y 10 años, contó. Afuera, un grupo de militantes que se acercó a darle apoyo a Barattini se manifestó pacíficamente y cantó contra la fiscal.
Antes de que se conociera la sentencia, Brenda Barattini dio sus últimas palabras. “Yo me jodí la vida. Jamás en mi vida hubiese querido matar a alguien. No fue mi intención y pido que se haga justicia. Estoy muy arrepentida con lo que hice. Quiero seguir con mi vida normal. Jamás hubiese querido matar a alguien, jamás”, dijo cerca de las 14 de este miércoles.
Luego el jurado popular -compuesto por cuatro hombres y cuatro mujeres, más dos técnicos especialistas en derecho- ingresó a deliberar. Su tarea fue resolver si era culpable o no y en qué delito se encuadra el hecho juzgado. Casi tres horas más tarde, el Tribunal N° 2 de la Cámara del Crimen cordobesa -conformado por Ítalo Vitozzi (presidente), Mónica Traballini y Mario Centeno- decidió la pena de 13 años de prisión.
«Lo llamativo fue la unanimidad del fallo. Que todos los ciudadanos y los jueces técnicos estén de acuerdo en que estamos ante una tentativa de homicidio», señaló la fiscal Laura Battistelli. Luego explicó que la condenada tiene ahora derecho a apelar; y que si el fallo queda firme deberá cumplir al menos dos tercios en prisión -8 años y 8 meses, de los que ya cumplió 22 meses-, antes de poder solicitar el beneficio de la libertad condicional.
La fiscal, que el martes realizó un duro alegato, aseguró que Barattini «no es una víctima de género». Y concluyó: «El mensaje que deja este fallo es que las mujeres no queremos tomar el lugar de los hombres. No vamos de ser víctimas a ser victimarios. No nos reivindicamos así. Las mujeres nos empoderamos para buscar un equilibrio. No un desequilibrio. Acá no cambian los roles: lo importante es que no haya más víctimas. Si generamos más F. (por el amante agredido) so pretexto de violencia de género, lo que hacemos es cambiarle la cara a las víctimas, pero las seguimos teniendo».
La estrategia de la defensa había apuntando a refutar esa hipótesis: pidió que la absolvieran por el intento de homicidio. Y como la arquitecta nunca negó el ataque -de hecho en su declaración admitió que quiso lastimarlo- sus abogados pidieron que se la condenara por lesiones graves calificadas por alevosía. Ahora, en la apelación, buscarán plantear nuevamente esta posición.
En el fallo, además, se resolvió incautar la tijera de podar con la que se concretó el ataque y el celular de Sergio F., en el que la acusada aseguró que había videos íntimos que él había exhibido sin su consentimiento.
La acusación
En un duro alegato, la fiscal Laura Battistelli había mostrado en la audiencia del martes la tijera de podar -con evidentes manchas de sangre en la punta- y sostuvo que la acusada quiso matar. Planteó que no lo ayudó tras el ataque, que quiso desangrarlo «y que se muriera». Barattini la escuchaba a pocos metros. Sergio F. no estaba presente.
Battistelli hizo hincapié en que Barattini empezó siempre hablando de ella durante su declaración y no de la víctima; porque según su visión nunca salió del papel de víctima.
Hizo alusión a que la acusada dijo primero que Sergio F. intentó violarla, luego que abusó de ella durante una relación consentida y que finalmente planteó el móvil de la difusión de los videos íntimos.
Destacó una y otra vez cuando Barattini dijo: “Me proponía sacarme fotos y a mí me molestó mucho que le mostrara eso (a otros hombres). No tenía por qué hacerlo. Quedé expuesta. Toda mi carrera se había arruinado. Yo jamás había hecho un video con nadie”.
Para la fiscal, fue la misma acusada la que proponía el juego sexual, por lo que el móvil del ataque por la vulnerabilidad de su intimidad, algo que afirmaba la acusada, no podía ser tal.
También hizo alusión a que Brenda ya se había grabado con otros hombres, para lo que leyó fragmentos de un chat reciente. “¿Quien le proponía a quién los videos?”, sostuvo Battistelli. Y también expuso que, a pesar de que el celular de Sergio F. fue peritado, nunca se hallaron esos videos.
“Ese video nunca existió, fue un enjambre para montarse sobre la violencia de género”, sostuvo durante la acusación Battistelli.
El abogado de Barattini, Lucas de Olmos, planteó todo lo contrario. Dijo que en la causa se había probado que «las fotos y videos circularon en un círculo de conocidos». Y que su defendida, había sido tratada como un trofeo, cosificada.
La acusación inicial había sido por lesiones gravísimas, pero la causa dio un giro cuando comenzó el juicio oral. Fue clave el testimonio de ex novio de Brenda, Gonzalo Ezequiel Rodríguez, que estaba en pareja con ella cuando se produjo el ataque.
Su testimonio había sido pedido por ambas partes. La defensa de la arquitecta buscaba acreditar que ella tenía una relación de pareja estable (llevaban 7 años de noviazgo), que con Sergio F. sólo tenían encuentros sexuales -en el juicio dijo que se vieron sólo 7 veces- y evitar que la acusación fuera agravada por el vínculo.
El joven contó que cuando llegó al departamento, encontró a Sergio F. herido y a Brenda, sentada en la cama. Declaró que ella le aseguró que había querido violarla, la primera versión que dio de los hechos. Y luego le dio un bisturí y le pidió que lo matara.
Tras esta declaración, se pidió elevar la acusación a tentativa de homicidio agravada por el vínculo y alevosía y se suspendió el juicio hasta conformar un jurado popular que fue el que ahora tomó una resolución en el caso.
“Todo el mundo fue a contener a la víctima, que era la señora (por Brenda). La otra persona perdió un testículo, que se le cayó y lo metieron en una bolsa con hielo. La víctima era él”, dijo. “Brenda ni siquiera le tuvo pena. Yo lo quiero lastimar y se me fue la mano lo ayudo. Ella nunca abandonó la frialdad porque lo quería muerto”, agregó.
Las búsquedas que la acusada hizo en Google volvieron a ser foco durante el juicio. «Buscó ‘Cómo borro mensajes’, ‘cómo cortar un miembro’. Buscó eso meses antes. No cuando él supuestamente lo violó”, detalló la fiscal. Sobre eso también volvió la defensa: “Brenda no hizo una sola búsqueda de cómo matar. Buscó cómo cortar un miembro masculino y cómo fingir una violación. Buscó todo lo que hizo”.
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