Los cortes de carne reflejan el impacto de las lluvias, de las exportaciones y la especulación con el dólar. Quejas por maniobras de los molinos.
Tras las oscilaciones del dólar y la incertidumbre de los últimos días, dos productos básicos de la canasta recibieron la estocada inflacionaria.
La carne, pegó un salto en los mostradores del 18% en promedio y el precio del pan mantiene en alerta a los panaderos ante la falta de entrega de harina de parte de los molinos, después de las elecciones.
“Todavía no hay aumento en el precio del pan pero los molinos no están vendiendo harina porque no tienen precio”, explica Omar Hernández, secretario general de la Asociación de Panaderos.
Actualmente, el kilo de pan cuesta entre $100 y 120, según la zona, aseguran los panaderos. Para el INDEC, en septiembre, el kilo de pan francés tenía un precio promedio de $98,61.
Ruben Salvia, presidente del Centro de Panaderías de Quilmes, asegura que ya recibieron la harina con subas del 10% pero que, “por el momento no se traslada al precio del pan porque necesitamos no perder compradores”, señaló.
Acerca de la especulación con los precios, David Miazzo, economista jefe de la Fundación Agropecuaria para le Desarrollo de Argentina (FADA), explica que si bien ocurre que la mercadería es retenida hasta ver que pasa, el productor no puede especular por muchos días.
“Puede faltar el precio, ahora, pero como el salto del tipo de cambio no fue tan alto, tampoco debería saltar tanto el precio de la harina”.
Teniendo en cuenta que la harina incide en un 20% en el precio del pan, si ocurriera un salto del 15% en el insumo, el impacto en el precio del pan sería solo del 3%, estimó el economista.
Sucede que los panaderos también deben absorber las subas en otros costos de fabricación del resto de los farináceos, como las facturas, que cuestan $180 la docena, en el mejor de los casos.
Por otro lado, en la panadería el principal costo es la mano de obra (ahora incrementado por el bono de $5000 a sus empleados), los costos de locación, de la energía y por último, de la harina.
En el caso de la carne, el aumento que se produjo en el mercado de Liniers desde el viernes pasado, se trasladó a los mostradores en un 18%, aunque el menor consumo podría no llegar a convalidar ese nivel de aumento, explica Mario Ravettino, del consorcio de Exportadores de Carne ABC.
Según su explicación, el precio de la carne venía muy retrasado más las lluvias y la menor salida de animales de los campos, que se dieron en el caso de la provincia de Buenos Aires, redundó en la suba de los precios al consumidor.
Con todo, señaló que la diferencia de precios es muy grande (54%) entre los canales, dijo poniendo como ejemplo: “el kilo de asado cuesta $189 en un supermercado y $250 o 260 en una carnicería”.
“Siempre después de momentos de alta incertidumbre, con subas del dolar, suele haber un salto coyuntural en los precios, como pasó con la carne”, agrega Miazzo.
“Pero hay que esperar unos días para ver si los precios se estabilizan. En este sentido, en Liniers, el viernes pasado el precio promedio fue de $73 el kilo. El lunes cerró en $78 y hoy (por ayer), promedió los $77, graficó.
“Aunque también es cierto que es dificil que los precios se retrotraigan a a la situación anterior sobre todo cuando se espera mayor nivel de inflación”, opinó.
En cuanto a la incidencia de la exportación en el impacto de los precios en las carnicerías, Miazzo explica:”puede haber alguna tracción pero, en general, no compiten de manera directa los animales y los cortes. Lo que va a China, (que es el 72% de la producción local), es vaca. Y a Europa, se exporta el cuarto trasero de novillo. Cortes como el asado, no se envían al exterior”, resumió.
FUENTE LA VOZ DE MISIONES