Las instituciones promueven para que el trabajo junto a agricultores de optimizar los yerbales sea mucho más productivo
Los 17 técnicos que ya comenzaron a trabajar con agricultores para mejorar los yerbales en toda la zona productora (Misiones y norte de Corrientes), recibieron en los últimos días (19, 20 y 21 de noviembre, en Cerro Azul) una capacitación integral para optimizar sus servicios.
Se trata del Programa de Asistencia Técnica a Productores Yerbateros (PATEPY), que el Instituto Nacional de la Yerba Mate (INYM) puso en marcha con apoyo del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA), y que abarca la presencia de los 17 técnicos, cada uno con un grupo de 30 agricultores, en chacras de Misiones y el norte de Corrientes.
El primer paso para la implementación del programa, en esta primera etapa, fue la formación de 17 grupos de 30 pequeños agricultores cada uno, y lo que sigue es la evaluación in situ de cada chacra con yerba mate para identificar los principales problemas que enfrentan y las soluciones que se aplicarán.
En paralelo, los técnicos recibirán capacitación al menos una vez por mes con el objetivo de que puedan optimizar la producción yerbatera en cada chacra y responder todas las inquietudes posibles que planteen los agricultores. La primera ya se realizó entre el martes 19 y el jueves 21 de noviembre en Cerro Azul, y abarcó temas como lineamientos del Plan Estratégico, Corresponsabilidad Gremial y sistema de inscripción en el INYM, manejo de suelos, fertilidad, sistematización, genética y manejo sanitario de las plantas de yerba mate. También se abordó genética y calidad de los plantines, gestión de costos, transferencia de tecnología, y se entregaron los formularios de relevamiento donde se volcará los datos del yerbal.
La próxima reunión de técnicos está prevista para el mes de diciembre, donde abordará sobre la toma de muestras y análisis físico químicos de suelos.
En estas jornadas los profesionales también recibieron una capacitación relacionada a las normas que prohíben el trabajo infantil y establecen pautas para la protección del trabajo a partir de los 16 años.
“La idea es que ellos también puedan concientizar a los productores y, al mismo tiempo, confeccionar un ´mapa de riesgo´ para detectar si existiese presencia de niños en época de cosecha y también el trabajo de adolescentes de 16 años en adelante”, se explicó desde la Subcomisión de Lucha Contra el Trabajo Infantil que funciona en el INYM.
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