Fueron diez años de maltrato físico y psicológico. De engaños, amenazas y silencio.
El pasado lunes, el sujeto volvió a lastimarla y literalmente la desfiguró, le rompió el tabique nasal, le produjo múltiples hematomas y excoriaciones en diversas partes del cuerpo. Todo sucedió en presencia de sus tres hijos menores, los cuales están ahora al cuidado del agresor.
Tras las primeras trompadas y patadas, Romina Rocío Rosa (29) logró recomponerse y salir de la casa, pero el sujeto la persiguió, logró retenerla e introducirla nuevamente a la vivienda.
Acto seguido el agresor, identificado como Fabián M. (40), la amenazó para que no cuente lo sucedido y hasta le ordenó lo que debería declarar antes las autoridades. Luego de limpiarle la sangre del rostro, él mismo la trasladó hasta el hospital Samic de Oberá.
El hecho se registró en la madrugada del lunes, alrededor de las 2.30, en una vivienda de alquiler situada sobre calle San Juan del barrio Caballeriza.
Una vez en el centro asistencial, por la gravedad del caso y tal como indica el protocolo, los profesionales a cargo dieron aviso a la Seccional Tercera, con jurisdicción en la zona.
En tanto, en un primer contacto con los uniformados y con el sujeto presente en el lugar, la víctima aseguró que se resbaló y se cayó, produciéndose las heridas mencionadas.
Posteriormente su familia y allegados comenzaron a indagarla y terminó contando la verdad. Fue entonces que volvieron a convocar a la Policía y ratificó la acusación contra su ex marido.
Asimismo, los uniformados le explicaron que al ser dada de alta deberá comparecer en sede policial para oficializar la denuncia, por lo que hasta el momento el agresor continúa en libertad.
El horror
A pesar de estar muy dolorida y afectada anímicamente, en la víspera Romina accedió a charlar con El Territorio por intermedio de un familiar directo y relató una historia de maltrato por parte del padre de sus tres hijos.
Contó que siguen casados, pero hace un mes que están separados de hecho luego que descubriera que el sujeto mantiene una relación paralela con otra mujer.
“Estamos separados porque me enteré que andaba con otra mujer; pero como trabajo de noche con mi hermano, en algunas ocasiones él le cuidaba a los chicos. Pero yo llegaba y él se iba. El domingo trabajé un rato y a eso de las 2.30 mi hermano me llevó a casa. Ahí mi ex se puso pesado, empezó a insultarme y me pegó una piña que me tumbó”, relató.
La secuencia del ataque fue terrorífica y pensó lo peor. Tras una segunda andanada de golpes la mujer salió corriendo en busca de auxilio, pero el sujeto la alcanzó a los pocos metros.
“Me llevó para adentro, me empezó a limpiar la sangre y me dijo que diga que me resbalé y me caí, porque si él va preso por mi culpa le voy a pagar. Y eso hice por miedo. Me trajo al hospital y dije que me resbalé. Aguanté muchos años por mis hijos, porque siempre me maltrató, pero tenía mucho miedo”, agregó.
Afortunadamente, la víctima cuenta con una familia que la contiene y la verdad salió a la luz. Además, claramente las lesiones que padece difieren de la versión inicial de una caída.
De todas formas, tanto Rosa como sus allegados aún temen una posible represalia por parte del agresor, puesto que al cierre de esta edición el caso aún no había sido judicializado por un formalismo, explicaron.
Al respecto, la víctima indicó que “la Policía me tomó declaración acá en el hospital, pero me dijeron que cuando salga vaya a la Comisaría de la Mujer para que me tomen la denuncia. Mientras tanto no pueden hacer mucho”.
Incluso, mencionó que su ex continúa con sus tareas habituales y está al cuidado de sus hijos, lo que le genera mucha preocupación.
FUENTE EL TERRITORIO
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