El Obispo de Posadas había solicitado prisión domiciliaria en la casa del obispado de la avenida Costanera.
RECONQUISTA. Santa Fe. El sacerdote Néstor Fabián Monzón fue condenado hoy como autor material y penalmente responsable del delito de abuso sexual gravemente ultrajante por las circunstancias de su realización, calificado por ser el imputado ministro de un culto reconocido en perjuicio de dos menores, en concurso real, con costas y accesorias legales, a la pena de dieciséis años de prisión de cumplimiento efectivo.
La aberrante historia tuvo como víctimas a un nene y una nena de tres años de edad, y el involucramiento del Obispo de la Diócesis de Posadas, Juan Rubén Martínez, fue inmediato y comprometido para conocer la situación de su amigo.
Luego de las denuncias por los abusos y acorralado por las pruebas y la declaración de la nenita en Cámara Gesell, el padre Néstor fue detenido el 19 de abril de 2016. Un día después, durante la audiencia para notificarle los cargos al acusado, irrumpió en los tribunales de Reconquista el exobispo de aquella Diócesis, y jefe de la Iglesia de Posadas, Rubén Martínez.
Aquel miércoles 20 de abril no fue un día más para Martínez, quien viajó desde muy temprano en la madrugada para recorrer poco más de 600 kilómetros y llegar en horas de la mañana a la ciudad santafesina.
El Obispo se entrevistó inmediatamente con el fiscal de la causa, que se llama igual que él: Rubén Martínez. Los homónimos no tuvieron un encuentro amistoso y, como resultado de la breve reunión en un pasillo, el agente de justicia denunció al religioso por amedrentamiento, al sentirse “hostigado”.
Ahora, luego de la contundente condena al cura Monzón, la causa contra el Obispo Martínez podría seguir su curso y hasta lograr que declare en sede judicial. El entonces fiscal Martínez ascendió y actualmente es jefe de los fiscales.
Salió caminando
Luego de la lectura del fallo condenatorio en primera instancia, el cura pedófilo salió caminando de los edificios de Tribunales, libre, hasta que se resuelva un pedido para su inmediata detención basada en el riesgo de fuga que planteó la querella.
La condena del juicio Canónico llegó ratificada desde el Vaticano. El proceso de enjuiciamiento interno se llevó a cabo en la ciudad de Reconquista, e intervinieron 61 testigos en el desarrollo de 1200 fojas.
El resultado fue contundente y, aunque no se conocerán los detalles hasta que se notifique a Monzón de la resolución de la Santa Sede, trascendió una categórica condena para quien ya no pertenece a la institución y jamás volverá a dar misas.
“Borre todo”
El caso del “Padre Néstor” trascendió a los medios nacionales. La relación de la cúpula de la iglesia para intentar tapar el abuso quedó inmortalizada en las escuchas telefónicas entre la representante legal del Obispado de Reconquista, Gabriela Contepomi y el excura condenado.
“Usted borre todo, llamadas, mensajes, borre todo; eso lo hablé con Monseñor. ¿Sabe por qué? Porque si no usted sabía y no se puso a disposición de la Justicia”, le advertía Contepomi a Monzón luego de afirmar que la estrategia fue tomada en conjunto con el Obispo de Reconquista, José Macín.
Macín también fue denunciado al principio de la causa, aunque se despegó rápidamente de las acusaciones y, sin pruebas en su contra más que los dichos de su representante legal, se acercó al Papa Francisco y levantó la bandera en contra del encubrimiento a curas pedófilos. Su voto fue contundente en el proceso Canónico y su discurso a través de comunicados es categórico: no esconder la basura de la Iglesia.
El dato llamativo se conoció en vivo en el programa del periodista de Radio Diez, Gustavo Raffin: la abogada y docente Gabriela Contepomi, que involucró al Obispo Macín en un plan de encubrimiento, continúa ejerciendo el rol de representante legal del Obispado de Reconquista.
FUENTE LA VOZ DE MISIONES