El olor sobre la calle Colón, en el microcentro de Posadas, se sentía a lo lejos y en toda la cuadra. Tanto, que los efectivos policiales y judiciales que trabajaron en el lugar trabajaron con máscaras y tubos de oxigeno.
Desde la calle, el departamento del tercer piso se veía con la ventana abierta, el ventilador y el aire acondicionado encendidos.
Allí, entre las calles Entre Ríos y Jujuy, efectivos de la Policía de Misiones encontraron el cuerpo en avanzado estado de descomposición de un joven de 35 años identificado como Pablo Martín Arredondo. Ayer el cadáver fue enviado a autopsia para determinar las causas de muerte, pero los pesquisas creer que se trató de un crimen.
El hecho fue advertido mediante un llamado al 911 y fue una uniformada de la División de la Policía Motorizada quien constató la escena. La mujer se entrevistó con el dueño del lugar, que manifestó que hace varios días se sentía ese olor. Los vecinos dijeron también que se lo habrían cruzado hacía buen tiempo.
Ante este panorama efectivos de la Comisaría Primera, Criminalística, la Dirección de Homicidios y de Toxicomanía se hicieron presentes. El cuerpo fue extraído por una angosta escalera del inquilinato y subido a un móvil. No se pudieron apreciar si tenía lesiones mortales por su estado.
En la habitación de Arredondo dieron con vestigios de “una fiesta”, detalló investigador. Había un plato con restos de cocaína y marihuana, además de latas de cervezas. Se aclaró que eran pequeñas cantidades de droga, para consumo.
Se incautaron en la escena un teléfono celular, computadoras y el vehículo del fallecido. Todo será sometido a pericias. Los pesquisas relevaron también las cámaras de seguridad de los comercios cercanos y tomaron testimoniales de los vecinos.
Ayer no estaban claras las circunstancias del hecho y no se podía descartar que haya sido un deceso por causas naturales. Sobre el fallecido, este medio pudo indagar que el hombre era oriundo de Lanús, Buenos Aires, pero estaba radicado desde hace varios años en Posadas.
En su cuenta de Instagram, donde tenía más de 11.000 seguidores, se presentaba como un empresario dedicado a la compra y venta de vehículos. Personas que lo conocieron confirmaron esta actividad y dijeron que manejaba grandes sumas de dinero, pero también relataron un lado más oscuro, ligado al narcotráfico.
Varias fuentes consultadas por este medio lo señalaron como un dealer y agregaron que “su fuerte era la keta”, en referencia a la ketamina, relacionada a los estratos sociales altos. El miércoles habría sido la última vez que lo vieron con vida sus cercanos y al parecer fue la última vez que se conectó al teléfono.
El caso es investigado por el juez Fernando Verón, titular del Juzgado de Instrucción Tres de Posadas.
FUENTE EL TERRITORIO/ foto Marcelo Rodriguez