El domingo primero de marzo hasta hoy jueves, el pequeño Mateo de 8 meses de vida, está en coma, en estado critico de observación permanente por parte de los especialistas.
Pero los padres se aferran a las oraciones y es lo que pidieron a la gente
- «Los médicos están haciendo todo lo científicamente posible, pero no tienen muchas esperanzas, ahora lo importante inclusive es que no entre en muerte cerebral»,explicó el papá de Mateo, Freddy Villalba.
Todo parece ser una serie encadenada en la tragedia. Según su padre, Mateo jugaba con su hermano mayor en su casa del barrio Santa Lucía, al oeste de la capital provincial, cuando sucedió la desgracia.
«Se tragó la fruta del ligustrín y no entró por la garganta, se fue directamente a las vías respiratorias. Al cabo de una hora, Mateo estuvo sin respirar, intentamos reanimarlo, pero tuvimos que llevarlo al Caps de Itaembé Miní», dijo, recordando esos minutos de desesperación.
«El médico de guardia hizo todo lo que pudo y tenía a su alcance, pero no contaba con herramientas necesarias para esta situación, nunca dejó de hacerle reanimación desde que llegamos hasta que nos fuimos», resaltó el padre de Mateo, que ahora hace guardia junto a su esposa en el Hospital de Pediatría Fernando Barreyro.
Casi de inmediato y en ambulancia a Mateo lo trasladaron al hospital de niños del Parque de la Salud y experimentó el primero de los dos paros cardiorespiratorios que sufrió. «No se le pudo sacar la fruta, porque terminó en uno de los pulmones, ahora es casi un milagro según nos dijeron los médicos».
«Necesitamos que recen por él, que todos lo hagan para que pueda salir de esta», dijo Freddy, mientras aguarda que el milagro se presente en el hospital.
FUENETE EL TERRITORIO
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