Buenos Aires (04/03/2020) – Lo que parecía lejano ahora está entre nosotros, el Coronavirus ya es una realidad en la Argentina y a igual que ocurrió en 2009 con la emergencia sanitaria a causa de la Gripe A, las consultas de pacientes con trastornos de ansiedad aumentaron. Desde el Centro de Estudios Especializados en Trastornos de Ansiedad (CEETA) emitieron un informe al respecto para no alarmarse pero estar atentos a los trastornos psicológicos que el temor a la enfermedad puede acarrear.
Desde el CEETA se detuvieron a reflexionar y explicar a la sociedad en su conjunto, cómo el alerta por coronavirus le afecta a aquellas personas que sufren o que son propensas a sufrir algún tipo de trastorno de ansiedad, sin siquiera estar en contacto con dicho virus y mucho menos enfermarse.
El coronavirus o también conocido como neumonía de Wuhan, ciudad en donde se originó dicha enfermedad, tiene en alerta a todo el mundo o prácticamente a la mayoría de él. Quienes se encuentran con una preocupación excesiva o que son propensos a sufrir trastornos por ansiedad son quienes sufren mucho la situación aunque no estén contagiados ni cercanos al virus.
La Lic. Gabriela Martínez Castro, Directora del CEETA, explica cuál es la relación del coronavirus con el trastorno de ansiedad generalizada, principal trastorno de ansiedad que sufre este tipo de personas.
«El coronavirus hizo que este trastorno se dispare de forma significativa, esto es debido a que dicho trastorno tiene por característica principal la preocupación excesiva del individuo, que se centra en diversos acontecimientos de la vida cotidiana. La persona encuentra difícil controlar la preocupación, si bien quiere controlarla, no lo logra y la preocupación de manera sostenida en el tiempo genera una sintomatología de tipo física», asegura la especialista en trastornos de ansiedad.
«Los síntomas que se desprenden de esta preocupación excesiva se resumen en: inquietud o impaciencia, fatiga, fácil irritabilidad, insomnio, dolor de cabeza, contractura, mareos, problemas gastrointestinales, dificultad en la respiración y memoria, palpitaciones, temblores y sudoración», enumera Martínez Castro.
Es por eso que desde el CEETA se le recomienda a todas aquellas personas que se encuentran en esta situación de preocupación o sobre preocupación, que no se anticipen de forma negativa a los eventos por suceder, que es un patrón común de pensamiento de estas personas. Y si ven que no lo pueden resolver, que se contacten con el Centro para evaluar si la situación amerita tratamiento especial antes que se torne incapacitante para el paciente y afecte su vida cotidiana.
Entre los consejos de los especialistas del CEETA, se destacan: «Se recomienda volver a conectarse con la realidad tal y como es. El coronavirus acaba de desembarcar en el país pero eso no significa que todos vayamos a contraer el virus. Hay que tener en cuenta que no cualquier síntoma de resfrío o gripe significa coronavirus. Es importante que se conecten con la realidad, con el aquí, el ahora y poder continuar con las actividades diarias sin que esta preocupación excesiva los acongoje», agrega la especialista.
Para poder mantenerse en el presente, se recomienda hacer hincapié en la respiración, simplemente focalizando la tensión en la respiración, cómo entra y cómo sale el aire y por supuesto no adelantarse en forma negativa a nada que no tenga sustento sólido y haya estado confirmado, e incluso a nada que no haya sucedido aún. Las técnicas de mindfulness, meditación o incluso yoga pueden ser muy recomendables.
Las fuentes de información puede ser otro punto que acrecienta el trastorno. «Hay que elegir muy bien las fuentes de información, la prensa (en algunos casos) suele desinformar o exagerar, generando pánico, y ni hablar si le sumamos las redes sociales donde se difunde cualquier tipo de información sin chequeo. Entonces, es importante elegir muy bien las fuentes por las cuales nos informaremos para asegurarnos que sean reales y fidedignas», completa Martínez Castro.
Por otro lado, en algunos casos también puede aparecer el Trastorno de Pánico, que consiste en una aparición temporal y aislada de miedo o malestar intenso, acompañada de cuatro o más síntomas que se inician de forma brusca y alcanzan su máxima intensidad a los diez minutos de haber comenzado: “la persona en ese momento realmente está tranquila, manejando, caminando, comiendo, y de pronto hay un montón de síntomas que se inician de forma brusca, y siente que se muere o que se está volviendo loca”.
Según Martínez Castro “se debe intentar un contacto con la realidad que sea lo más firme posible; y no dejarse guiar por pensamientos, fantasías y temores. Hay que tratar de tener un pensamiento lo más realista posible, y contrastar ese pensamiento con la realidad. Por ejemplo, si creo que tengo Coronavirus, debo pensar si realmente estuve en contacto con alguien que pudiera tenerla, si tengo síntomas recurrir inmediatamente al médico, hasta descartar lo que sólo es un pensamiento negativo, que lo único que logrará es imposibilitar la vida normal de la persona».