Luego de cinco meses viviendo en Barcelona, el boxeador misionero Ismael Flores se encuentra en la etapa final de su preparación para su debut como profesional, uno de los objetivos que se había planteado.
BARCELONA. El joven de 20 años oriundo de Campo Grande, que durante toda su vida trabajó como tarefero, tendrá la chance de mostrar sus cualidades sobre el ring por primera vez dentro del campo rentado y nada menos que en Barcelona.
Si bien el tema de la adaptación a la vida en un nuevo país y lejos de casa fue complicado, Ismael pudo superar los obstáculos y está cada vez mejor en la ciudad de Lionel Messi.
“Me tengo mucha fe porque me preparé muy bien en el gimnasio. Entrené con los mejores y eso me da mucha confianza para poder ganar la pelea. Entrenar con el campeón de Europa me hizo dar cuenta de la potencia que tengo. Estoy viviendo momentos de emoción y quiero ir a ganar porque un triunfo me puede abrir las puertas a la élite del boxeo europeo”, comentó.
Flores sumó experiencia como boxeador amateur dentro de la provincia, pero ahora el escenario será totalmente diferente y para el oriundo de Campo Grande la velada del próximo viernes 13 representa el máximo desafío de su carrera.
“Estuve ayudando en su preparación para esta pelea al campeón Isaac Real, más conocido como Chaca Rosario, un boxeador catalán que fue campeón español y que peleará por el título europeo esa misma fecha. Estamos muy bien, entrenando fuerte siempre”, aseguró el misionero.
Cuando tenía 13 años veía a sus hermanos mayores que salían a entrenar y les pedía para ir con ellos. Al principio se negaban, pero fue tanta su insistencia que lo terminaron llevando al gimnasio. Así comenzó la historia de Ismael en el boxeo, un deporte que hace cinco meses lo llevó a Barcelona, España, donde ahora tendrá la posibilidad de debutar como pugilista profesional.
Pero antes de que se le presente esta chance clave para sus aspiraciones, Ismael tuvo que pasar por un período de adaptación, que todavía le sigue costando.
Es algo que resulta entendible teniendo en cuenta el cambio que significa pasar de vivir en Campo Grande en el interior de Misiones a una ciudad del primer mundo como Barcelona. Este cambio tan rotundo tuvo su lado bueno y su lado ‘malo’ y así lo manifestó el protagonista de esta historia.
“Extraño muchísimo el reviro”
“Vivir acá es muy lindo, es otro mundo tanto en el boxeo como en la vida cotidiana. Como en todos lados te cruzas con personas buenas y malas, pero dentro de todo estoy muy bien. Ahora estamos trabajando en el tema de los papeles para estar tranquilos y luego poder adquirir muchas cosas acá”, explicó.
“Me costó adaptarme por el tema de los horarios, hasta ahora los odio. Tenemos cuatro horas de diferencia con Argentina y eso me molesta. No poder hablar mucho con la familia también, extraño a mi gente, extraño todo. Y también extraño muchísimo el reviro”, enfatizó.
Pero además de extrañar a sus familiares y la comida misionera, Ismael también sabe que está en un lugar en el que a muchos les gustaría poder estar y aprovecha cada vez que puede.
“Hay lugares muy lindos, pero yo no salgo mucho porque estoy enfocado en la pelea. Algunas veces los domingos me tomo el tiempo para salir a caminar. Hay vistas maravillosas que me ayudan a pensar en todo lo bueno de la vida”, remarcó.
Y finalizó la charla con una reflexión acerca de los comentarios que le llegan ahora que dará un salto importante en su carrera. “Mucha gente de Campo Grande me dijo que voy a cambiar ahora que voy a ser profesional porque voy a conocer más amigos. Yo sé quiénes son mis verdaderos amigos y no cambiaré nunca mi humildad”.
“Tampoco negaré nunca de dónde vine porque en mi pueblo estuve 20 años de mi vida que no los cambiaré por nada. En lo que más pienso es en conseguir lo que me propuse cuando vine y poder ayudar a toda mi gente”, finalizó.
Fuente El Territorio