Editorial Por Jorge Mielniczuk: El gobierno provincial, tomando como experiencia lo ocurrido con el dengue en Misiones, no quiso dejar liberado nada al azar y decretó la emergencia sanitaria y epidemiológica por los casos de dengue y la llegada al país del coronavirus, que la Organización Mundial de la Salud, en forma tardía, declaró al virus como pandemia mundial.
Fue en este contexto que el gobernador Oscar Herrera Ahuad decidió declarar por 120 días el estado de emergencia sanitaria, siguiendo el lineamiento nacional y activando todos los protocolos de seguridad, iniciativa a la que adhirieron la mayoría de los municipios de la provincia, como el caso de Oberá.
La discutida pandemia tiene una serie de controversias entre los científicos y expertos sanitarios, en donde hablan de un virus que afecta principalmente a niños y ancianos vulnerables o con bajas defensas y que no se trataría de un virus diferente a los anteriores, pero que no solamente no tiene vacuna, sino que fundamentalmente, tiene mala prensa y el pánico mundial se expandió más rápidamente que el propio virus. Por ejemplo, hoy en Oberá se habla más del coronavirus que del dengue. Y a ello hay que sumarle los audios anónimos que denuncian supuestos infectados de coronavirus, de supuestos casos graves y de muertes. Algo similar ocurrió con el dengue, en donde los famosos audios anónimos dieron por muerto a varias personas, incluso médicos conocidos que tuvieron que aclarar que nunca tuvieron la enfermedad y que su ausencia se debía a las vacaciones.
Evidentemente a alguien le sirve como chiste o con otro propósito sembrar el temor, que es algo incontrolable y peligroso a la vez, lo que llevó a solicitar, desde las autoridades sanitarias, que denuncien a las personas que difunden tales audios y que no los compartan con sus contactos porque provocan más daño de lo que se piensa.
Lo cierto es que por efecto del coronavirus los mercados mundiales han sufrido caídas importantes, incluido el petróleo y otros productos que cotizan en bolsa, demostrando que al capital financiero todo le afecta a la hora de obtener grandes ganancias a costa de que otros pierdan. Las acciones de los laboratorios que anunciaron tener la vacuna para combatir el coronavirus crecieron en promedio un 20 por ciento, demostrando que la salud es un buen negocio, pero más lo es la enfermedad. Y cuanto más miedo tenga la población a nivel mundial más crecerán las acciones de dichos laboratorios, por la demanda asegurada de la vacuna en cuestión