No hay que negarlo: la comida puede ser una de las formas más fáciles e inmediatas para levantar el ánimo y sentirse mejor en tiempos estresantes. Pero esta vez es distinto. Desde este viernes, todos los argentinos deben permanecer en sus hogares a fines de disminuir la circulación social y evitar la propagación del coronavirus a nivel local.
Ocurre que si bien disfrutar del alimento es algo bueno, los expertos coinciden en que comer emocionalmente muchos alimentos con poca nutrición puede debilitar el sistema inmune y empeorar el estado de ánimo en un momento en que proteger el cuerpo y mantener una actitud positiva es particularmente importante.
Además de causar sentimientos de culpa, está demostrado que comer alimentos altamente procesados y bebidas con mucha azúcar puede causar inflamación corporal que aumenta la fatiga, la ansiedad y la depresión.
Al respecto, la Licenciada en Nutrición María Cecilia Ponce (MN 3362) destacó que “se pueden aprovechar estos días en los que se está en pleno aislamiento, lejos de estímulos sociales y obligaciones cotidianas, para replantearse conectar con los deseos de estar saludables y vitales”.
“Para reconectar con ese objetivo y con la esencia de nutrirnos adecuadamente creo que es fundamental mantener ciertas rutinas, como por ejemplo proponernos hacer actividad física dentro de casa”, dijo. En este sentido, hay una amplia variedad de aplicaciones y canales que ofrecen rutinas de ejercicio.
Sobre la elección de alimentos, Ponce sugirió evitar los “estimulantes”, como el alcohol y el café, “para tratar de manejar los niveles de ansiedad y estrés que estamos teniendo todos”. Por ello, recomendó “elegir lo más que podamos alimentos frescos, como frutas y verduras, y evitar todos aquellos procesados y llenos azúcares que van a actuar dándonos placer inmediato subiendo la dopamina y la serotonina, lo cual genera después una sensación de vacío y de querer seguir comiendo”.
Aunque la comida hace que las personas se sientan mejor al liberar esos neurotransmisores en sus cerebros, el efecto desaparece rápidamente. Para dejar de comer emocionalmente, una sugerencia podría ser preguntarse antes de ingerir algo “¿Estoy a punto de comer/beber porque tengo hambre/sed física o porque me siento estresado o triste?”. Una respuesta sensata y a conciencia evitará consumos poco saludables.
En ese sentido, Ponce agregó que “esta cuarentena también puede ser un buen momento para aplicar las técnicas de la alimentación consciente o mindfulness eating, que tienen que ver con una disposición de uno mismo para empezar a percibir al alimento desde otro lugar y darle a la comida el espacio que debe tener, con un tiempo y un horario adecuado”.
Para eso, aconsejó: “Mantener las rutinas de horarios para las comidas principales, comer sentados, con platos, tratando de masticar cada bocado, proponernos saborear y oler el alimento. Además, poder comer despacio, apoyando los cubiertos después de cada bocado y masticar hasta que el alimento sólido se haya convertido en líquido y al mismo tiempo los líquidos tenerlos suficiente tiempo en la boca para que las enzimas digestivas que están en la saliva puedan hacer su proceso fisiológico necesario, más allá de poder percibir la textura y sabor que el alimento nos provee”.
Tras asegurar que “todo lo que se percibe y absorbe del entorno ‘alimenta’ y entra a las células, no solamente los nutrientes que provee el alimento”, Ponce sugirió “tratar de crear un clima adecuado también para la comida, apagar la televisión y evitar estar con las noticias todo el tiempo”.
“El presente es un tiempo para hacer este trabajo con uno mismo, que es difícil pero no imposible, y resultará interesante poder darse el espacio para pensar si simplemente se está saciando el apetito o se está buscando otro tipo de recompensa con el alimento”, enfatizó la especialista.
En tanto, explicó que “Esto tiene una base biológica: cuando consumimos alimentos industrializados, azucarados, nos alimentamos cotidianamente de pan, galletitas, golosinas, etc. Tenemos una respuesta orgánica por la cual necesitamos más de este estímulo para estar de alguna manera reconfortados; es un proceso que va de a poco, pero que creo que es un tiempo para empezar a replantearnos la alimentación, reconectarnos con la cocina, hacernos más amigos de lo casero y evitar comer en respuesta del estado emocional”.
La alimentación como aliada para fortalecer el sistema inmune
“La alimentación puede ser nuestra mejor aliada para fortalecer nuestras defensas. Debemos prestar especial atención a lo que comemos en plena pandemia, la alimentación puede ser una gran arma para pelear contra los virus”, dijo la endocrinóloga María Alejandra Rodríguez Zía (MN 70.787), al tiempo que señaló que “la nutrición desde hace décadas está carente de vitamina C, de zinc y de taurina que son ingredientes básicos para la inmunidad”.
En este marco destacó que “Si se come fideos, facturas, pan, papas fritas y galletas, significa que no estamos comiendo estos tres nutrientes que están en la fruta, los huevos y el pescado. Y todo lo que sale del mar”.
Luego de recomendar “comer de 2 a 4 huevos a diario, una dosis de pescado tres veces a la semana y verdura verde a diario” para alejar muchas enfermedades, no sólo el coronavirus, enumeró los alimentos que conviene sumar por estos días:
- Incrementar el consumo de huevo porque tiene todos los aminoácidos esenciales que ayudan al sistema inmunológico: taurina, histidina, lisina y la glutamina.
- Aumentar el consumo de pescado, que también posee proteínas de este tipo y también tiene todos los minerales del agua de mar.
- Asociado al agua de mar, especialmente los langostinos y los calamares, porque además tiene las buenas proteínas junto con los aminoácidos nombrados.
- El zinc, que es el principal mineral que estimula el sistema inmunológico y también el selenio.
- También comer proteínas provenientes de las aves de corral.
- Comer todas las verduras crudas para que el complejo B esté presente, la espinaca entre ellas.
- De los cítricos consumir especialmente el limón.