Cerca de las 16 de este lunes, cuando el primer grupo involucrado estaba a punto de cumplir 36 horas sobre el puente, la Gendarmería Nacional abrió brevemente el vallado para permitir el paso de los jóvenes, y automáticamente volvieron a cerrarlo, al menos hasta que mañana a última hora venza el plazo del cierre fronterizo si es que el Gobierno de Alberto Fernández no lo prorroga.
Cabe recordar que alrededor de nueve personas salieron de Foz el domingo a las 4 de la madrugada, a pesar de ser advertidos de que no podrían ingresar a Iguazú, y se encontraron con las vallas a mitad del puente Tancredo Neves, impidiéndoles el paso. Otro contingente se sumó a ellos horas después y a la tarde ya eran 17.
Los afectados fueron trasladados de vuelta a la zona aduanera brasileña, donde el Consulado argentino les proporcionó unas pizzas para cenar y les ofrecieron quedarse acampando durante la noche. Pero el grupo decidió volver al lugar del vallado y permanecer allí hasta que les permitieran entrar a Argentina.
Sólo una de las 17 personas, una mujer embarazada, pudo cruzar por razones humanitarias y sanitarias, pero el resto debió pasar la noche en medio del puente.
Cuando parecía que deberían pasar otras 36 horas en el mismo lugar, y cuando diversas entidades públicas y privadas brasileñas estaban gestionando algún tipo de ayuda para asistirlos durante su presencia en el lugar, finalmente hubo órdenes de abrirles el paso hasta la cabecera argentina.
Hasta el momento no se informó oficialmente la situación migratoria de los ingresantes ni qué protocolo se seguirá del lado argentino, teniendo en cuenta que varios tenían previsto viajar hasta sus lugares de origen, como por ejemplo Corrientes en el caso de cinco de ellos.