El organismo internacional insistió en que las vías habituales de contagio son las gotitas de la tos o estornudos de una persona infectada y por eso recomendó mantener la distancia social, el lavado de manos y la limpieza de las superficies cercanas a los enfermos
El coronavirus que provoca el COVID-19 se transmite por el contacto con gotitas de saliva que procedan de tos, estornudos o de la simple respiración cercana de otra persona. Pero no queda flotando en el aire ni es posible que se transmita a través de él si salimos a la calle o caminamos por un supermercado donde pasó un rato antes una persona infectada.
Así lo concluyó una informe de la Organización Mundial de la Salud (OMS) que evaluó la evidencia científica disponible hasta el momento y que por eso mismo reiteró que no es necesario utilizar mascarillas o barbijos para transitar por las calles.
El documento de la OMS ha señalado, sin embargo, que existe riesgo de contagio si no se mantiene la distancia de seguridad recomendada de un metro, ya que estamos más expuestos a las gotitas respiratorias con capacidad infectiva que produce una persona contagiada cuando tose o estornuda.
Pero el virus es pesado y no se dispersa a distancias mayores a un metro. Cae antes al suelo por su propia gravedad.
Otra vía de contagio es tocar alguna superficie sobre la que haya tosido o estornudado una persona portadora del virus.
“La transmisión por gotitas se produce cuando una persona que se encuentra en estrecho contacto (menos de un metro) de otra que tiene síntomas respiratorios (como tos o estornudos) y entra así en riesgo de poner sus propias mucosas (boca y nariz) o sus ojos expuestos a sus gotitas respiratorias potencialmente infecciosas”, explica el informe de la OMS, “Así, el contagio puede producirse por contacto directo con una persona infectada o por contacto con una superficie o un objeto que esta haya utilizado”.
Por ello, la OMS insistió en la importancia extrema de la higiene frecuente de las manos y la limpieza y desinfección ambiental.
La OMS salió así a corregir el estudio de los científicos de los Institutos Nacionales de Salud y los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos, la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA) y la Universidad de Princeton publicado en The New England Journal of Medicine.
Este trabajo aseguraba que el coronavirus SARS-CoV-2 aguantaba suspendido en el aire hasta tres horas de media y que era capaz de mantenerse con capacidad de contagio en superficies como el plástico o el acero inoxidable hasta tres días y en el cartón hasta 24 horas.
La OMS recordó que ese estudio se llevó a cabo en el laboratorio, usando aparatos que no reflejan las condiciones reales de la tos o el estornudo humanos.
En circunstancias normales, es extremadamente poco probable que haya partículas virales flotando en el aire. Investigadores de Singapur tomaron muestras de aire en habitaciones de pacientes sintomáticos con COVID-19 y no hallaron ARN viral en el aire, tal como publicaron en la revista JAM. Es el mismo resultado obtenido al analizar 75.465 casos de la COVID-19 en China, donde tampoco se ha reportado ningún contagio por transmisión aérea del virus.
Sanitaristas todo el mundo han mostrado sus preocupación por la explosión de la demanda de mascarillas y barbijos por parte del público que siente que estará más protegido de la pandemia si utiliza uno en su casa y cuando transita en lugares públicos. El estudio de la OMS intenta corregir definitivamente esa percepción. La solicitud de los especialistas es no agotar los stocks de esos productos que sí son necesarios para los médicos y enfermeros que trabajan sobre pacientes ya infectados, encima de su respiración.
Fuente: Infobae