La pandemia de coronavirus golpea con fuerza a Chaco. Según datos del Ministerio de Salud de la Nación, desde el inicio de la pandemia el distrito que comanda Jorge Capitanich contabilizó 660 infectados, de los que 35 murieron a causa del COVID-19.
El principal brote de coronavirus en Resistencia tenía lugar en el barrio Gran Toba, compuesto en su mayoría por habitantes de la comunidad Qom, según publicó TN.com.ar. Esa pequeña región de poco menos de 9000 habitantes registra más de 90 casos y al menos dos muertos.
«La situación en Resistencia es extremadamente complicada. El nivel de contagios se ha disparado y lo que estaba concentrado en el macro centro hoy está desperdigado por toda la ciudad», señaló Martínez, que inmediatamente después le pidió a Capitanich -sin mencionarlo- que tome medidas al respecto.
Capitanich coincide en la necesidad de continuar la cuarentena «al menos hasta agosto» pero no se muestra dispuesto a volver atrás con las fases. En diálogo con radio La Red habló de «aprender a convivir» con el COVID-19 y dijo que Chaco trabaja para que los comercios puedan «coexistir» con el virus.
Brote en el Gran Toba
El Gran Toba, en la ciudad de Resistencia, se convirtió en las últimas semanas en el barrio con el brote de coronavirus más importante de la provincia. Esa pequeña región de 8500 habitantes, compuesta en su mayoría por comunidades Qom, reúne casi el 18% del total de positivos en el distrito que comanda Jorge Capitanich, el tercer foco de contagio de la Argentina luego de la Ciudad y la provincia de Buenos Aires.
Entre los vecinos el temor es grande. Denuncian que la situación es crítica y cuestionan a las autoridades de la provincia por haber «cercado» el barrio que tiene más de 90 casos confirmados y dos muertes por COVID-19: se colocaron vallas y barricadas de tierra en los accesos y hay una fuerte presencia policial.
Antonio Patricio, presidente vecinal del barrio Toba, uno de los seis conglomerados que forman el Gran Toba, aseguró en diálogo con TN.com.ar que la situación es «dramática» y que la comunidad «está golpeada».
Aunque para las autoridades locales aún no está claro cómo se inició el brote, los pobladores aseguran que un joven de la comunidad aborigen, que había sido operado por una apendicitis, se infectó en el Hospital Perrando y luego llevó el virus hacia el barrio. Afirman, también, que tras la intervención quirúrgica se le practicó un hisopado ya que presentaba fiebre pero nunca se lo aisló.