La Cámara de Molineros de Yerba Mate, el sector más poderoso de la cadena productiva, emitió ayer un comunicado reclamando un incremento en el precio del producto en góndola, es decir, al consumidor final.
Los sectores industriales justificaron su pedido en “el constante incremento de la materia prima que alcanzó casi el 50 por ciento desde el último acuerdo de precios en marzo pasado” y en “la imposibilidad de trasladar esos costos a góndola debido a las restricciones impuestas por el Gobierno nacional”.
En el comienzo de la pandemia, el Gobierno nacional emitió un Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU) obligando a los comercios a mantener “congelados” los precios de productos de primera necesidad en el valor que tenían el pasado 6 de marzo. El objetivo es evitar especulaciones y subas injustificadas en medio de la crisis social.
Igualmente para los molineros, esta situación “genera una gran preocupación en la industria yerbatera y pérdidas considerables y difíciles de revertir”.
Por eso, desde el sector consideran que es “urgente trasladar este aumento al mercado, teniendo en cuenta que cada vez se hace más difícil afrontar esta variación en los precios”.
Aclararon en el comunicado que “el reclamo dirigido al Estado nacional, que se mantiene inflexible a la modificación de los precios de los productos de la canasta básica”.
Los molineros sustentan este pedido en que “la yerba mate es un producto regional cuyas particularidades para su elaboración requiere un alto costo financiero considerando que en la actualidad la materia prima se paga de contado, para luego secarla, trasladarla a depósitos y estacionarla por un tiempo de 10 a 12 meses y una vez cumplido este plazo recién poder enviarla al mercado para su consumo”.
“Este proceso requiere elevados recursos económicos que son asumidos por la industria que ante la imposibilidad de trasladar estos costos al producto final sigue incrementando su endeudamiento”, se quejaron.
Desde el sector aclararon además que “esta economía regional tiene sus peculiaridades, siendo muy diferente de otros productos de la canasta básica, como pueden ser el azúcar, el aceite o la harina”.
Considerando situaciones similares a la actual, advierten que “este contexto conduce a la caída de la actividad por falta de rentabilidad, de recursos y al alto endeudamiento de la industria, a lo que debe sumarse que se aceleran los tiempos del ciclo bueno generando nuevas plantaciones y cortando el período de bonanza”.
Ante este escenario, desde el sector más poderoso económicamente de la cadena yerbatera requieren “una respuesta inmediata para revertir una situación que está poniendo en riesgo el sostenimiento de la actividad”.
La decisión final sobre este reclamo la debería tomar la Secretaría de Comercio Interior de la Nación o el mismo presidente, Alberto Fernández, que fue quien decidió congelar los precios.
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