La novedad se conoció ayer por la tarde cuando se confirmó que el ex alcalde fue tal que los galenos consideraron que ya estaba en condiciones de regresar a Santiago de Liniers y continuar con la recuperación en su casa.
Schoenfisch había llegado al nosocomio posadeño durante la mañana del 14 de mayo, apenas unas horas después del ataque a balazos que sufrió junto a su esposa Faustina Antúnez (56).
Ambos habían sufrido lesiones similares. Los dos recibieron un disparo de calibre 38 que, literalmente, les atravesó la cabeza a la altura de la sien, aunque la mujer falleció a las horas en el hospital Samic de Eldorado y el hombre pudo ser derivado a Posadas.
Los pronósticos eran poco alentadores, pero al cabo de las primeras 24 horas de internación Schoenfisch ya comenzó a experimentar mejoras, a pesar de que su visión quedó severamente dañada a raíz del daño que el disparo generó en los nervios ópticos del hombre.
En este contexto, día a día el ex alcalde continuó experimentando mejorías que ahora le permiten regresar a su casa.
Las fuentes consultadas celebraron la noticia y aseguraron que ahora aguardarán el tiempo que sea necesario para que el hombre esté en condiciones -principalmente psicológicas- de poder declarar sin que ello resulte contraproducente.
La declaración de Schoenfisch podría ser la clave y la base de toda la causa que ahora se encuentra en etapa de testimoniales.
Es que fue el propio intendente quien ante los familiares que acudieron en su auxilio durante esa madrugada del 14 mayo apuntó a su hijo Pablo como autor del ataque.
“Pablo se mandó una cagada”, fueron las palabras que el ex intendente expresó a sus parientes antes de perder el conocimiento mientras era llevado al hospital de Eldorado.
A partir de ello, el único hijo en común de la pareja quedó en la mira de los investigadores y las sospechas aumentaron cuando supieron que la relación del joven con sus padres se había tornado conflictiva como consecuencia de malos comportamientos y desobediencias.
Testimoniales y dermotest
En este contexto, las fuentes aseguraron que la causa que se lleva adelante en el Juzgado de Instrucción Uno de Eldorado, a cargo del magistrado Roberto Saldaña, está bastante encaminada.
En el transcurso de la última semana se procedió a la citación de testigos para que presten declaración testimonial y hasta el momento todos ellos ratificaron lo aportado inicialmente ante los investigadores involucrados en el caso.
En este sentido, se destacan las declaraciones de parientes que confirmaron la mala relación que desde hace un tiempo hasta esta parte se observaba entre la pareja y el joven ahora detenido.
Además, en los últimos días también declaró uno de los hijos de Antúnez, quien incluso indicó que su medio hermano le admitió haber sido el autor del ataque al ser interpelado por él.
Por otra parte, en las últimas horas se supo que la prueba de guantelete de parafina practicado al joven detenido dio negativo, pero las fuentes volvieron a aclarar que este tipo de examen sólo arroja resultados que simplemente son considerados de carácter “orientativo o indiciario”.
Por ello, ahora aguardan por los resultados del dermotest encomendado desde el minuto uno de la investigación. Según explicaron, este estudio técnico es de mayor rigor científico y tiene un altísimo nivel de exactitud.
Mientras tanto, el joven bajo la lupa continúa detenido e imputado por “homicidio agravado por el vínculo y tentativa de homicidio agravado por el vínculo”, delito que prevé una pena de prisión perpetua.
Madrugada violenta
El hecho ocurrió el jueves 14 de mayo, minutos después de las 4, en la vivienda de la pareja ubicada sobre la calle Belgrano de Santiago de Liniers.
En plena madrugada, Schoenfisch, malherido y ensangrentado, alcanzó a llegar hasta una ventana de su casa y pidió auxilio a los gritos, lo que permitió que un hermano suyo y una cuñada lo socorrieran.
Cuando los familiares acudieron al lugar constataron que no sólo el hombre había sido herido, sino que también su pareja, Antúnez. Ambos fueron trasladados particularmente hasta el Samic de Eldorado, donde la mujer falleció a los pocos minutos.
Desde ahí comenzó la investigación del caso que después de varios giros terminó dejando contra las cuerdas al único hijo en común de la pareja, Pablo Schoensfisch (18), quien no vivía con sus padres, sino con una abuela a pocos metros del lugar.
En un principio se especuló con la posibilidad de un asalto, pero los pesquisas rápidamente descartaron esta teoría al constatar que no había ingresos forzados, desorden ni faltantes de valor en el inmueble.
A partir de ello trazaron la hipótesis de un femicidio seguido de intento de suicidio, hipótesis que también perdió fuerza cuando los pesquisas reconstruyeron todo lo sucedido durante la madrugada.
En ese punto tomaron valor las últimas palabras que Schoenfisch alcanzó a decirle a sus familiares antes de perder el conocimiento: “Pablito se mandó una cagada”.
Después de ello dieron con testigos que aseguraron haber visto al hijo de la pareja salir del lugar durante la madrugada y también supieron de que la relación entre el joven y sus padres se había tornada conflictiva en el último tiempo.
En medio de las labores policiales además el muchacho expresó que él alcanzó a ver a sus padres heridos e incluso tocó el revólver calibre largo 38 utilizado en el ataque, pero después volvió a acostarse a dormir.
Fuente: El territorio