La Biblioteca Popular “Hugo Amable” de Villa Kindgren se vio afectada por una seguidilla de robos y hechos vandálicos que generaron un enorme perjuicio y exigen urgentes medidas de prevención.
El último incidente en perjuicio de la institución se registró el pasado 30 de mayo, cuando un vecino alertó a la Policía y lograron capturar in fraganti a dos hermanos que poseen frondosos prontuarios por hechos contra la propiedad privada.
Para colmo, los acusados residen a metros de la biblioteca y su detención ratificó las sospechas previas, ya que existían indicios que apuntaban hacia ellos, aunque hasta ahora nunca habían podido relacionarlos directamente.
“Esta última vez, gracias a Dios, en forma anónima un vecino avisó a la Policía y los detuvieron. Uno ya estaba dentro del perímetro y el otro estaba por saltar el tejido. Son hermanos, viven acá al lado y lo más grave es que cada uno tiene más de 70 entradas en las comisarías de Oberá. Cómo es posible que tengan 70 denuncias y anden libres por la calle”, dijo Héctor Acosta, presidente de la biblioteca.
Asimismo, lamentó que la inseguridad no se circunscribe a la institución que dirige, sino que es un mal que se extendió por todo el barrio.
“A un vecino le entraron a robar y le limpiaron la casa. Hasta los abrigos se llevaron”, graficó indignado.
Con relación a los citados hermanos, Acosta además consideró que “por los antecedentes que tienen, la Justicia debería imponerles una pena más severa, pero me enteré que uno ya salió y el otro seguro sale estos días. Si tienen tantas causas, por lo menos que les manden a realizar tareas comunitarias. Que tengan alguna sanción, aunque sea que tengan que barrer las plazas”.
Daño acumulado
A poco de cumplir 15 años de servicio comunitario, la biblioteca alberga un Nivel Inicial que también padeció el accionar de los malvivientes.
En ese contexto, Acosta remarcó la importancia de contar con un personal de seguridad en horario nocturno, aunque hasta el momento las gestiones no prosperaron.
“Personalmente me encargo de prender las luces de noche y apagarlas temprano en la mañana, pero necesitamos un sereno para la madrugada, que es cuando merodean los ladrones. Como no disponemos de fondos para contratar a una persona gestioné ante la Municipalidad, pero me explicaron que hoy por hoy están imposibilitados”, explicó.
Consultado al respecto, precisó que en los últimos años padecieron un total de seis robos y hechos vandálicos, al tiempo que remarcó: “Ahora sabemos quiénes son”.
“Nunca se encontró nada de lo que nos robaron porque los ladrones hacían un paso y estaban en su casa. En noviembre saquearon el Nivel Inicial. Pero no sólo eso, porque de pura maldad rompieron un montón de papeles”, recordó.
El daño acumulado es enorme, al punto que en una ocasión destruyeron decenas de libros y arrojaron las hojas en la cancha lindera a la biblioteca.
Visiblemente conmovido, Acosta mencionó que “los propios hermanitos de los ladrones se criaron tomando la leche en nuestro merendero. Incluso una vez se llevaron la garrafa con la que calentábamos la leche para sus hermanitos. Para peor, las veces que no pudieron robar, hicieron daño”.
Como anécdota, mencionó que en la biblioteca realizaron la preinscripción para el cobro del Ingreso Familiar de Emergencia (IFE), beneficio que habría alcanzado a los mismos ladrones.
“Como viven acá al lado, vinieron, se anotaron y cobraron. Hasta esa suerte tienen”, indicó irritado.
FUENTE EL TERRITORIO/ DANIEL VILLAMEA