La violencia no puede ser naturalizada, no debe ser entendida como algo habitual. Una amenaza de matar, golpes e insultos, amedrentamiento, miedo y armas blancas, apuntan hacia el mismo y macabro escenario: el lecho de sangre.
Los vecinos del barrio Bartel de San Javier oyeron los gritos ayer, algunos hasta habrían visto a un hombre sujetar del cuello a una joven y arrastrarla hacia su vivienda. Pero aparentemente nadie pudo hacer nada y para otros las discusiones entre Yésica Tavárez (19) y su expareja Daniel Silveira Márquez (29) eran tan cotidianas que no barajaron la tragedia.
Este sábado, pasadas las 11, Yésica Tavárez fue asesinada por su exconcubino y padre de su hijo de poco más de un año. Las primeras evidencias y testimonios apuntan a que Silveira Márquez la golpeó y asestó tantas puñaladas que se desangró en el piso del inmueble en el que convivieron hasta hace tres semanas, cuando la joven decidió huir de la violencia intrafamiliar y denunciar a su agresor por temor a que, tanto a ella como a su niño, le ocurriera algo grave.Y todo indica que ayer de tanto decantar el terror, el peor final estalló.
Yésica fue encontrada boca abajo sobre el charco de su sangre en el suelo. Al lado suyo la cuna de su hijo y a menos de un metro pendía de una soga sujetada a un tirante del techo Silveira Márquez. Las pericias señalan que se ahorcó luego de quitarle la vida a su exconcubina.
Las versiones comenzaron a correr con la velocidad en que los primeros agentes de la comisaría de San Javier llegaron alertados por los vecinos pero ya sin mucho por hacer, salvo montar los tres anillos de seguridad para peritar cada perímetro a partir del sitio donde yacían los cadáveres.
Los peritos en criminalística de la Unidad Regional VI, con cabecera en Leandro N. Alem, se sumaron a la contingencia y a las órdenes de la Jueza de Instrucción 5, Selva Raquel Zuetta y secretario en turno.
Oyeron una pelea
De acuerdo a fuentes consultadas por PRIMERA EDICIÓN, vecinos del barrio próximo al cementerio de San Javier, habrían escuchado alrededor de las 11 de ayer que Yésica Tavárez y Silveira Márquez comenzaron a discutir. La joven habría avisado que necesitaba retirar la ropa de su hijo y la suya, entre otras pertenencias, de la vivienda que habitó hasta hace veinte días.
Los testimonios, incluso de familiares vecinos, apuntaron que ella escapó con el menor de su pareja y lo habría denunciado ante la Justicia de Familia por episodios de violencia reiterados.
Denuncia previa
De averiguaciones informales las respuestas coincidieron en que Yésica recurrió por ayuda judicial y que cuando creyó oportuno ir a buscar lo que le pertenecía lo hizo, aunque no habría presagiado tamaño desenlace.
Discutieron en la calle y la situación se caldeó con insultos. Según consignaron fuentes confiables, vecinos vieron a Marquez Silveira sujetar o agarrar del cuello a Tavárez y forzarla a entrar a la casa de madera y techo de chapas.
Se baraja que dentro de la vivienda Tavárez fue golpeada y que su agresor tomó un machete y le cortó la garganta sin piedad.
La víctima cayó al piso boca abajo y perdió la vida en pocos segundos según la descripción de los primeros peritos.
La secuencia trágica continuó con Silveira Márquez cruzando una soga por un tirante del techo y colgándose hasta perder el aliento. Lo hizo a menos de un metro de distancia de Yésica.
De las labores que restan en cuanto a laboratorio, un machete fue secuestrado y será peritado para determinar si los rastros de sangre corresponden a Yésica.
También se introdujo en la cadena de custodia de las pruebas a analizar, la soga con la que se habría colgado Silveira Márquez.
La jueza Zuetta también solicitó que los dos cuerpos fueran llevados hasta la Morgue Judicial de Posadas (funciona en el Hospital Ramón Madariaga).
Vale remarcar que, al menos hasta ayer, ningún testimonio se sumó a la investigación en sentido a que la pareja haya reiniciado el vínculo y que la pelea y el ataque se originó con la pareja vinculada nuevamente. Por el contrario, manifestaron allegados y familiares que la joven sólo quería prioritariamente recuperar las objetos y ropa de su hijo.
La investigación judicial provisoriamente fue caratulada como “homicidio calificado y suicidio”.
FUENTE PRIMERA EDICION