El femicidio de Yésica Tavarez (19) porque no habrá justicia y sobre todo porque la joven víctima quiso abandonar ese contexto de violencia y lo terminó pagando con la vida.
En la víspera los dos cuerpos llegaron a la localidad cerca de las 15 desde la Morgue Judicial donde se realizó la autopsia. Y al menos el sepelio de la chica se hizo inmediatamente después debido a que, les explicaron a los cercanos, estaba en avanzado estado de descomposición.
En medio de la tristeza, los hermanos de la joven también pensaban en el futuro de la criatura y se organizaban para que no le falte nada. Su hermana mayor, que tiene dos hijos menores, quedó a su cuidado y ya adelantó que piensa pedir la custodia. El mismo sábado ya habían recibido la visita de una asistente social.
“No podemos ni esperar justicia, de eso sólo se va a encargar Dios porque la persona que hizo esto también está muerta. Es un dolor muy grande el que tenemos todos los hermanos”, dijo ayer a El Territorio Leandro Tavarez (26). Ese dolor se multiplicó en una fecha familiar como el Día del Padre, justo a ellos que habían perdido al suyo hace cerca de un mes.
Como informó ayer este medio, las investigaciones del caso reconstruyeron que Yésica fue degollada con un arma blanca y luego el femicida, identificado como Daniel Silveira Márquez (29), se ahorcó en el mismo lugar del hecho. La pareja había convivido ahí, en el lote 25 del barrio Bartel, hasta que la joven abandonó la casa tres semanas atrás.
Según reconstruyó la investigación, había llegado hasta el inmueble para buscar sus cosas y las de su hijo. Sin embargo, a su familia no les dijo nada. Avisó que iba a comprar cigarrillos y le pidió a una de sus hermanas, Lorena (20), que cuide al pequeño hasta su vuelta.
“Hacía un mes que ella vivía conmigo, pero él -por Daniel- le iba a buscar todos los días y le rogaba que vuelva con él. Se arrodillaba, le mandaba mensajes, le llamaba. Todo. Ellos se vivían separando y sólo peleaba, pero esta vez ella no quiso volver”, describió Lorena a este medio.
También describió al señalado asesino como muy celoso y confirmó que “muchas veces pasaron por la Justicia”. “La verdad estoy shockeada, nunca me imaginé esto. A mí se me hace que él la llevó por la fuerza a su casa. Ella nunca iba porque dijo que él había intentado matarla. La última vez que fue llegó llorando a mi casa, con los ojos llorosos y me dijo ‘casi me mató’. No quería ir más”, se lamentó.
Contó que una vez los vecinos la llamaron preocupados y se encontró con su hermana sangrando, en la cama.
Cobardía
Asimismo, consultado por el cruento hecho, Leandro describió todo el accionar de Silveira Márquez como cobarde, haciendo hincapié en que “mató a una chica de 19 años, no pensó en ningún momento en su hijo, en la criatura”.
El entrevistado, al igual que su hermana, relató sobre los graves episodios de violencia registrados en el hogar, algo en lo que ya habían coincidido los vecinos en diálogo con este medio en el lugar de los hechos. La naturalización de esa violencia de la que eran testigos constantemente llevó a que nadie llame a la Policía y sólo advirtieron que algo malo pasaba ante el silencio de la casa.
“Ahora que pasó todos los vecinos dicen que le pegaba, que a veces le arrastraba para afuera de la casa. El vago (sic) era violento”, resumió, ratificando que su hermana había hecho al menos una denuncia en contra de su entonces pareja.
Norma (27), hermanastra y vecina de la víctima, coincidió: “Según los vecinos todos los días había muchos gritos y yo en una ocasión llegué a verla toda golpeada, con moretones. En ese momento hizo la denuncia, pero como siempre pasa, cayó en sus palabras y volvió”.
Una niña de 11 años
Leandro y Norma señalaron ayer a El Territorio cómo se enteraron del hecho, revelando un dato hasta ahora desconocido. Yésica salió de su casa el sábado al mediodía con una vecina de 11 años, quien la acompañó hasta la casa donde antes había vivido. Y esa nena presenció el inicio de la pelea que terminaría con el crimen.
Según la palabra de ambos, cuando la discusión subió el tono la pequeña decidió irse del lugar, manifestado que no quería quedarse a ver cómo peleaban. Sin embargo momentos más tarde volvió y se topó con los dos cadáveres en la humilde construcción.
Después de eso, advertidos por ella, los hermanos y familiares se hicieron presentes en la escena. “Llamamos como unas cinco veces a la comisaría y nos decían que el móvil ya había salido, que enseguida llegaba, pero al final nunca llegaba. Tardó mucho, le insistimos bastante porque yo al menos tenía la esperanza de que todavía tenga una gota de vida, pero nadie podía tocarle”, amplió Norma sobre los momentos posteriores.
Ayer, pese a la insistencia de este medio, las autoridades policiales de San Javier no respondieron ninguna consulta.
Preocupación
Según pudo saber este medio, desde la Municipalidad preparan para esta semana una campaña de concientización sobre violencia de género, debido a que están muy preocupados con el avance de estos episodios.
Es que hace pocas semanas, en el mismo barrio, se denunció que una mujer prostituía a una nena de apenas 9 años. Quieren alentar a los vecinos a denunciar este tipo de episodios.
Ambos hechos son investigados por las autoridades del Juzgado de Instrucción V de Alem, a cargo de la jueza Raquel Zuetta.
fuente : El Territorio