La insólita situación se dio en un establecimiento para infectados con síntomas leves en Costa Salguero, Buenos Aires. Dos pacientes denunciaron que les habían robado y se desató la violencia.
BUENOS AIRES. Habían pasado apenas 33 días desde la apertura del Centro de Aislamiento de Costa Salguero para el uso y alojamiento de pacientes leves contagiados de coronavirus. Incluso, las autoridades del lugar destacaron la unión, la amistad y el fuerte vínculo que se forjó entre todos los “residentes” durante sus estadías.
Sin embargo, en la noche del lunes se vivió un hecho de inseguridad y de violencia que nadie imaginó. Ocurrió en el lugar menos esperado. Dos de los contagiados denunciaron que entre la madrugada del domingo y la mañana del lunes que les habían robado sus teléfonos celulares.
En el transcurso del día hizo pública la queja entre todos los presentes. Cerca de las 19, se notificó sobre el hecho a representantes de la Comisaría Comunal 14 de la Ciudad de Buenos Aires, quienes tomaron la denuncia.
Así, ya por la noche, los dos damnificaron identificaron al presunto ladrón y se lo comunicaron a las autoridades del centro.
Poco después, mientras efectivos policiales y médicos presentes, todos con vestimentas de protección blancas y amarillas, intentaban aislar al acusado, la situación se fue de las manos cuando entre decenas de los contagiados trataron de linchar al acusado del robo.
Como desenlace de la situación, la policía aprehendió al acusado del delito y lo llevó a otro punto de aislamiento que hasta el momento no fue revelado.
El Centro de Aislamiento de Costa Salguero fue inaugurado por el Jefe de Gobierno de la Ciudad, Horacio Rodríguez Larreta el 27 de mayo.
En la actualidad, el centro de Costa Salguero cuenta con 250 pacientes alojados. El período promedio de permanencia de cada uno es de entre 10 y 14 días. Y, al tratarse de personas que dieron positivo, no hay ningún protocolo de distanciamiento ni de prevención en la relación entre ellos.
“Lo que más nos duele de toda esta situación es que era admirable lo fuerte que se había hecho la unión entre todos los pacientes. Casi todos se hicieron amigos y hay muchísima buena onda”, afirmó una fuente cercana a las autoridades porteñas que tiene presencia habitual dentro del centro.
“Pero lo peor de todo es que este episodio, que fue totalmente aislado, pueda provocar que se los meta a todos en la misma bolsa y se diga que estos pacientes son violentos. Y no es lo que se vive todos los días, para nada”.