Las aspiradas y soñadas esperanzas de volver a la “normalidad”, ahora se convirtieron en: “la nueva normalidad”, que debe de ser entendida y asumida como una nueva realidad, acostumbrarnos a las cantidades de infectados y muertos, además de estar atentos a la cantidad de camas disponibles en unidades de terapia intensiva y de internación, también la cifra de recuperados. Evidentemente, se pretende que se asuma lo que se venía anticipando, de que el mundo y nuestras vidas no serían lo mismo que fue antes del Covid-19.
Desde el inicio de la pandemia se escuchó, y se sigue escuchando, infinidad de veces en el día la palabra contagios y muerte, que, en medio del aislamiento social, la mayoría de las personas están consumiendo la sobreinformación de los medios, que, por ser tan diversa y contradictoria, se convirtió en desinformación, hasta llegar al punto en donde ya la gente no cree nada o cree cualquier cosa, digamos que cree lo que más le conviene o está de acuerdo con sus creencias.
La economía, en estas condiciones, sería muy difícil que se reactive, la gente tiene miedo, otros quieren salir, pero están asustados, otros temen perder sus trabajos, sus empresas. Entonces, se tiene que cambiar el discurso, sacar o suprimir el miedo, sí advertir que se debe tener cuidado y ser responsables. Y para ello se fue cambiando de a poco el discurso.
En función del ánimo y fundamentalmente las reacciones de la gente se van tomando decisiones en el ámbito político y gubernamental. Si la gente está cansada y se manifiesta que quiere más flexibilidad en la cuarentena se actúa en esa dirección, más allá de si es conveniente en materia sanitaria, porque, de todas maneras, algunos sectores de la población buscan infringir las normas, porque entienden que el estado les está vulnerando sus libertades individuales, y es evidente que a estas personas no les importa lo colectivo o que puede ocurrir en el conjunto social, siempre y cuando no les pase nada a ellos. Que se encierren todos en cuarentena así yo puedo salir tranquilo y sin correr peligro, es el pensamiento de los que proclaman y reclaman la libertad. Queremos que nos dejen trabajar, tenemos que pagar los sueldos. Es decir, queremos que le dejen trabajar a nuestros empleados para que con su trabajo se puedan pagar su sueldo, aunque para ello deberán arriesgar a contagiarse del virus, pero los empleados están dispuestos a asumir ese riesgo, otra no les queda, claro está. Y esto se vio con claridad en el reclamo de los empleados de los casinos, que en el caso de Oberá afecta a 118 familias. Queremos trabajar, que se abran los casinos. Es más dramático, más humano y aceptable, está claro que no tendría el mismo efecto si saliera a reclamar la apertura el dueño del casino.
También están las necesidades económicas de las pequeñas y medianas empresas, de los cuentapropistas, de empresas y del estado en la necesidad de que la economía funcione porque todos necesitan recaudar para poder funcionar y hacer circular el dinero dentro de la nueva normalidad, que, si bien es anormal, es nueva. Y para ello fue necesario adiestrar al rebaño según las necesidades y pretensiones de cada cual, entonces no hay quejas ni conflictos.
La política siempre esta y dice presente
Las decisiones políticas siempre tienen impacto en la opinión y en el ánimo de la gente, puede ser mayoritariamente buena, muy buena, o a la inversa, mala o muy mala, también un punto intermedio entre buena y mala o neutra, y que dan trabajo a las consultorías de opinión pública, pero que sirven a los gobernantes, a los opositores, a los medios de comunicación y a la población en general.
Según el enfoque que se le dé a los sondeos de opinión, el presidente Alberto Fernández se mantuvo en niveles altos de adhesión a las medidas sanitarias y económicas, con picos y disminuciones dependiendo de qué sectores y temáticas se planteaban. También fue útil para los medios de la militancia opositora para asegurar que el presidente argentino tendría una mejor imagen si se alejara, es decir si se peleara con la actual vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner
En la provincia de Misiones se tuvo que hacer frente a dos problemáticas sanitarias serias, la del dengue, que se venía trabajando intensamente desde el año pasado y que se debió intensificar en los primeros cuatro meses del año por la gran cantidad de contagios, a lo que se le sumó la pandemia del Covid 19, que desató pánico, angustia y deserción a nivel global. En este contexto y a consecuencia de decisiones gubernamentales que se tomaron en su momento, se asegura que la figura del gobernador Oscar Herrera Ahuad se ha consolidado fuertemente con el tratamiento sanitario durante el inicio de la pandemia, siendo la primera provincia que decidió suspender las clases, cuestión que, en un principio, fue muy criticada. Además de una cuarentena con mucha presencia del estado nacional, provincial y municipal en el caso de Oberá, sin dejar de lado la problemática preocupante del dengue que hoy sigue vigente por descuido de la gente.
En este contexto, se observaron y también se marcaron presencias significativas traducidas en acompañamiento, seguimiento que van más allá del acompañamiento presencial, sino en el cara a cara sabiendo de cuáles son las necesidades y hacia dónde se deben encaminar las acciones de gobierno, son presencias que también muestran señales políticas a futuro. Como es el caso del ex gobernador y actual diputado provincial Hugo Passalacqua, quien desde un tiempo a esta parte está recorriendo diferentes puntos de la provincia de Misiones, visitando a emprendedores, productores, empresarios que iniciaron sus proyectos y emprendimientos durante su gestión como gobernador. Las visitas también incluyen a intendentes y con todos busca escuchar e intercambiar opiniones del presente económico local y regional y las diferentes miradas a futuro. En la mayoría de las recorridas Passalacqua está acompañado por el diputado nacional Ricardo Welbach, que el próximo año termina su mandato.
El miércoles, Passalacqua estuvo en Oberá, en donde se reunió con el subsecretario de turismo Carlos “Tony” Lindstrom, quien recientemente presentó su agrupación política “Todos”. Luego se reunió con el intendente Carlos Fernández, con quien visitaron las instalaciones del edificio mayorista de la familia Dini.
En la semana, el intendente Fernández presentó la modernización y digitalización de la gestión administrativa municipal, con una importante inversión para el manejo de datos, agilizando y optimizando la atención a los contribuyentes, de manera tal de ser más ágiles y efectivos en las respuestas, además de ordenar toda la información y los datos catastrales. También en la semana se aprobó el registro único de alojamiento, con el acompañamiento de la Cámara de Turismo, para ordenar la actividad y darle un marco de competitividad a la oferta hotelera en Oberá.
Más allá de la retracción por la pandemia y el dengue, las acciones de gobierno estuvieron en movimiento y la política también tuvo su espacio para marcar presencia y acompañamiento, sembrando hoy para cosechar a futuro.