Después de dos semanas sin notificaciones por casos sospechosos de dengue la provincia dio por cerrado el período de brote de la enfermedad transmitida por el mosquito Aedes aegypti y cortada la circulación viral. Lo que no quiere decir que no puedan aparecer casos aislados.
Así concluyó una de las peores eclosiones de esta patología arbovirosis que este 2020 tuvo por primera vez en la historia sanitaria de Misiones registro de tres de las cuatro cepas: DEN-1; DEN-2 y DEN-4.
Incluso el gobierno decidió declarar la emergencia sanitaria en marzo pasado ante el fuerte brote.
El último reporte sanitario de la enfermedad -publicado el 14 de julio- arrojó un total de 10.083 casos, la mayor parte del serotipo DEN-1. Sin embargo no se descarta que haya podido existir un subregistro de infectados.
Esta temporada la aparición de los primeros cuadros febriles asociados al dengue coincidieron con cómo se venía comportando la enfermedad en países de la región. Brasil y Paraguay también vivieron los peores brotes. Las autoridades sanitarias brasileñas reportaron 1.040.481 casos y 342 muertes y las paraguayas 59.000 positivos y 72 muertes.
Así, la enfermedad comenzó a traspasar la porosa frontera misionera. Comandante Andresito e Iguazú fueron las primeras localidades en empezar a reportar positivos y el brote descendió a Eldorado, Oberá, Garupá y Posadas, entre las comunas que reportaron mayor número de infectados.
Incluso el parte nacional marca un fallecido por esta patología en la tierra colorada y al menos una muerte bajo investigación.
En esa línea, para el Ministerio de Salud de la Nación la provincia estuvo entre las cinco jurisdicciones con mayor incidencia acumulada de casos cada 100 mil habitantes.
Según los últimos números a nivel país, de las 17 provincias que presentaron casos autóctonos, nueve registran tasas por encima de la tasa país -que es de 127 casos cada 100.000 habitantes-.
La provincia de Jujuy registra la mayor incidencia acumulada con 644,5 casos por cada 100.000 habitantes, seguida por Salta, Misiones y Tucumán con tasas de 497,0; 476,9 y 451,0 respectivamente.
El enfoque de los sanitaristas está centrado ahora en no interrumpir las acciones de descacharrado y eliminación de criaderos de mosquitos.
“En este momento del año es cuando el mosquito cesa un poco su actividad. Al bajar la temperatura deja de poner huevos y si uno pudiese lograr eliminar ahora todos los criaderos nos encontraríamos con que no tendríamos esa reposición de mosquitos y realmente se notaría una baja en el número de los que pueden llegar a salir con los primeros calores”, explicaron.
Eliminar los criaderos y hacer descender la población aédica será vital para lo que pueda suceder en el próximo verano, ya que la convivencia de tres cepas virales de la enfermedad tornan el panorama en más que complejo. Hay que recordar que quien adquirió una de las cepas de la patología se vuelve inmune para esa, pero si se infecta con otra de las cepas puede llegar a desarrollar un cuadro grave o hemorrágico de dengue.