A pocos días del fatal siniestro que se cobró las vidas de Martín Lehmann (19) y Sandro Rodríguez (16) en un triple choque de motos registrado sobre ruta provincial 5, en jurisdicción de la localidad de Panambí, trascendió una grabación donde se observa a jóvenes realizando picadas y maniobras peligrosas en la misma zona.
En diálogo con El Territorio, vecinos del lugar mencionaron que están hartos de una problemática que se reitera y pone en riesgo la integridad física de los propios motociclistas y de terceros.
Incluso, para graficar la situación utilizaron el término “manada”, puesto que los motociclistas suelen transitar en grupos y ocupan gran parte del asfalto, lo que afecta el normal tránsito de otros vehículos.
Además, reclamaron la necesidad de acentuar los controles sobre la arteria provincial, sobre todo los fines de semana, ocasión en que se acentúa este tipo de prácticas ilegales.
“Corren picadas, hacen piruetas y manejan acostados. No les importan sus vidas ni la de nadie, porque se cruzan y frenan de golpe a alta velocidad. Muchas veces los autos que vienen atrás tienen que maniobrar para no chocar a las motos que están haciendo piruetas raras”, alertaron.
Al respecto, mencionaron que es habitual observar a motociclistas conduciendo literalmente acostados sobre el asiento y el tanque, tal como quedó registrado en el video al que tuvo acceso este diario.
“Para ellos es una hazaña manejar acostados, como que no ven el riesgo que significa. Lo mismo que las picadas. Aparte hay apuestas, toman alcohol y muchas veces molestan a otros conductores. Hace unos días un señor que manejaba una camioneta les tocó bocina, le hicieron frenar y le amenazaron. Es un descontrol”, lamentaron.
Varones y chicas
El siniestro vial donde fallecieron Lehmann y Rodríguez se registró el pasado lunes 20 de julio, a la altura del kilómetro 4 de la ruta 5, hecho en que se vio implicado un tercer motociclista identificado como César Núñez (22).
El último sujeto sufrió traumatismo de hombro, politraumatismos leves y múltiples excoriaciones, por lo que a las 48 horas fue dado de alta del hospital Samic.
En tanto, el citado hecho puso al descubierto una alarmante estadística: En los últimos tres meses, sobre la ruta 5, jurisdicción de Panambí, fallecieron cuatro personas que viajaban en motos, tres conductores y una acompañante.
Los casos citados se registraron entre los kilómetros 4 y 8, considerado un verdadero “corredor de la muerte” por los habitantes de la zona. Para colmo se trata de un tramo urbanizado, lo que acentúa el riesgo para terceros.
“Se juntan en el Mirador o en el Peñón de Mbororé, y de ahí salen a la ruta. Andan en manadas de hasta 20 motos, la mayoría son muchachos, pero también hay chicas. Algunos andan solos y otros con acompañante. Los fines de semana son un desastre, pero también corren entre semana. Incluso corren de noche. Es una locura”, comentó el propietario de un aserradero de la zona.
Consultados al respecto, desde la Unidad Regional II de Policía reconocieron la problemática y mencionaron que la semana pasada, tras el deceso de Lehmann y Rodríguez, se intensificaron los controles y labraron una veintena de actas de infracción.
De todas formas, pobladores del lugar indicaron que los controles son esporádicos y surgen cada vez que se registra un accidente grave, pero luego la presencia policial se diluye y el problema resurge.
Héctor González, director del hospital Samic de Oberá, comentó que luego de la fase más estricta de la cuarentena, donde estaba limitado el tránsito, se registró un importante incremento en los siniestros viales. Además, los accidentes que involucran motocicletas son los más cruentos y de mayores perjuicios para las víctimas. “Las estadísticas van en aumento y exigen mayores medidas de prevención, porque una vez que se produce el hecho ya es tarde, y más cuando se trata de motos, porque siempre hay lesiones graves, amputados o muertos”, comentó González. Y remarcó la “importancia de trabajar en red desde diversos organismos del Estado para tratar de bajar los índices de accidentes. Hay que pensar en las secuelas, sobre todo en los accidentes de motos que son la mayoría y generan un perjuicio irreparable para las víctimas y las familias”. Según datos oficiales del Samic, el año pasado se registró un incremento del 30 por ciento con relación a los hechos del 2018, con un alto predominio de los accidentes de motos, que constituyen el 66 por ciento del total. En 2019 el hospital de Oberá atendió 1.009 siniestros viales con lesionados (230 más que el año anterior), de los cuales 667 fueron protagonizados por motocicletas y 267 por automóviles.
Fuente: El Territorio