El 9 de marzo los 425.000 alumnos del sistema educativo misionero y sus 33.000 docentes habían comenzado un nuevo ciclo lectivo, con todas las expectativas que eso supone cada año. Sin embargo, tres días después -el 12 de marzo- el gobierno provincial anunció la suspensión del dictado presencial para preservar la salud de toda esta matrícula y la población en general.
Hoy, más de cinco meses después, fuentes de Educación consultadas adelantaron que en una reunión mantenida con el Comité Científico de la provincia, se determinó que en septiembre directivos y docentes volverán a las aulas.
Lo que se busca con esta medida es crear un concepto de “regreso progresivo” que comenzará con una instancia de formación y capacitación del personal docente y no docente de cara a la vuelta a las escuelas.
Esto será el paso previo para el retorno de la modalidad presencial y está enmarcado en el «Protocolo Marco y lineamientos federales para volver a las clases presenciales en la educación obligatoria y terciaria», que fue aprobado el mes pasado por el Consejo Federal de Educación. Esto permitió a cada provincia y a la Ciudad Autónoma de Buenos Aires elaborar planes progresivos y acorde a sus particularidades que garanticen un retorno seguro a los establecimientos en el momento en que la situación epidemiológica lo permita.
Hasta el momento, San Juan, Formosa y Catamarca son las únicas tres provincias que retomaron las clases presenciales, cada una con sus propias medidas pero siguiendo las pautas consensuadas a nivel nacional.
En este contexto, ayer se conoció que la Unión Docentes Argentinos (UDA) resolvió “no volver a clases” en el país hasta que no se garantice el cuidado de la salud de alumnos y docentes.
Así lo informó la Comisión Directiva Central de la UDA a través de un comunicado, en respuesta a las consultas de “las trabajadoras y trabajadores de la educación, de madres, padres y/o responsables de menores en relación a la vuelta a las aulas en el contexto de pandemia por covid-19”.
La decisión de UDA fue comunicada a pocos días del inicio de clases presenciales en San Juan y Catamarca, mientras otras jurisdicciones del país presentaron protocolos para reanudar el regreso de los alumnos y docentes a las aulas.
Misiones
Luego de la suspensión de clases en marzo en Misiones, una de las consecuencias que acarreó la medida fue la reprogramación del calendario escolar. Así, la instancia de evaluación complementaria -que estaba prevista para antes del receso invernal- fue reprogramada para este mes.
Además, el panorama obligó a la educación a buscar nuevos formatos para seguir con el dictado de clases. Esto sirvió para darle impulso a la Plataforma Guacurarí, herramienta que Misiones ya venía promoviendo años atrás y la pandemia potenció. Pero uno de los problemas se enfocó en la falta de conectividad o de artefactos tecnológicos por parte de los alumnos para llevar adelante las tareas que eran enviadas por los educadores.
Por eso se resolvió enviar cuadernillos impresos a las distintas escuelas para que sean utilizados por aquellos estudiantes que tuvieron problemas para conectarse a través de alguna plataforma tecnológica. A pesar del esfuerzo, muchos no siguieron vinculados al sistema educativo. Se estima que al menos un 10% de los chicos matriculados en secundaria perdió contacto con la escuela.
Otro problema fue el nivel de morosidad en el cumplimiento del costo de las cuotas en privados, que según había comentado Gustavo Lezcano, director del Servicio Provincial de Enseñanza Privada de Misiones (Spepm), “van desde un 70 hasta un 80 por ciento en algunos casos”.
Sin embargo, esta realidad creó un vínculo pedagógico imborrable entre alumnos y docentes. “Estamos fascinados con la participación de la familia, creo que lo más positivo de esto fue el vínculo tan fuerte que se logró con ellos, la escuela entró a la casa de cada chico, nos emociona”, había expresado una docente a_ FUENTE El Territorio.