Ya han pasado once años desde la tragedia que golpeó la localidad de San Pedro. El fatídico 7 de septiembre del 2009 la localidad sufrió un inédito tornado que dejó once muertos, en su mayoría niños, y más de 50 heridos, con daños materiales que, en esa entonces, superaban los 30 millones de pesos.
Este lunes se realizará una misa a las 9 en el monolito que se encuentra a metros de la ruta nacional 14, en Tobuna, donde estaban las placas que recuerdan a los fallecidos.
Lo que quedó de las colonias afectadas fue una pesadilla que hasta el día de hoy muchos reviven en el recuerdo. Para muchas personas es como una marca imborrable, tanto así que luego de los sucedido, muchas migraron y otras, incluso de localidades vecinas, optaron por construir subterráneos. Es común ver cómo hasta el día de hoy, cuando cerca a estas fechas se anuncia una tormenta, muchos pobladores de la zona y alrededores elevan súplicas al cielo pidiendo que no se repita la historia.
La zona más afectada fue la colonia Santa Rosa, a 40 kilómetros de San Pedro hacia el norte, lindante con el municipio de Irigoyen, también la zona lindante con Pozo Azul, la ruta provincial 17 y 20. Cuerpos mutilados, golpeados, casas arrancadas de cuajo, animales muertos, cubrían un amplio espacio en medio del monte y las picadas.
Misiones Online fue uno de los primeros medios en llegar a la zona del desastre y vivir en carne propia la horrible situación de los sobrevivientes. No es para menos, madres cuyos hijos fueron arrancados de sus brazos por la fuerza de la naturaleza, niños que perdieron a sus padres, casas destrozadas y sueños destruidos fue el saldo de este desastre.
Colonia Santa Rosa, Paraje Polvorín y otras zonas rurales aledañas a Tobuna olían a muerte. Hoy en Tobuna una lápida conmemorativa recuerda, pero da esperanza para los que se quedaron y tuvieron que reconstruir su vida.
A dos kilómetros y medio de Tobuna, el paraje distante a 35 kilómetros de San Pedro. Allí vivían unas cien familias, todas sufrieron el fenómeno. Las imágenes de colonos que caminaban sobre los escombros impactan y enmudecen a más de uno. Lo más alarmante no es solo el desastre material, sino el del alma, al perder a sus niños, ancianos, algún vecino o amigo, de esas pérdidas que uno trata de salir adelante, pero que nunca se recupera totalmente.
El horror comenzó pasadas las 20 del lunes 07 de septiembre. La primera llamada de auxilio en la comisaría de San Pedro se registró a las 22. Una hora después, cuando los efectivos llegaron a la zona afectada, rodeada de mucho monte virgen, las imágenes desgarradoras confirmaron la magnitud del desastre. Cuerpos mutilados, golpeados, casas arrancadas de cuajo, animales muertos, cubrían un amplio espacio.
“La tormenta mató todo”, dijo un vecino. “Hizo camino en el monte”, relató un bombero. “A una mujer el viento le arrancó al bebé de sus brazos», expresó el entonces intendente Orlando Wofalrt, en medio de los primeros socorros, en lo que fue el más dramático de los relatos. Los policías vieron imágenes más dantescas: cuerpos estrellados en los árboles y partes dispersas en el monte.
Los heridos fueron derivados a los hospitales de San Pedro, Irigoyen, Eldorado y Oberá.
El fenómeno no solo afectó a Misiones, sino que también causó cuatro muertos en el estado brasileño de Santa Catarina, donde causó severos destrozos, y también en el departamento de San Pedro, en Paraguay, donde afectó a más de 500 casas y 1.000 hectáreas de cultivo.
En Eldorado, San Vicente, Oberá y Puerto Libertad también se sintió fuerte la tormenta, pero sin víctimas físicas, aunque el miedo también vive en el recuerdo de muchos.
(MisionesOnLine)
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