Se celebró el último fin de semana en la conocida “Prainha do Cascalho” y habría movilizado “cientos de viajes” de canoas de una orilla a otra, según vecinos de la costa argentina.
Gran preocupación causó en la sociedad de El Soberbio la supuesta participación de jóvenes locales en una fiesta masiva que se concretó el fin de semana pasado en la playa “Prainha do Cascalho”, en la orilla brasileña del río Uruguay, pocos kilómetros aguas arriba de la costa soberbiana.
Esa convocatoria, como “previa del verano”, se extendió desde el sábado hasta el domingo y también habrían estado presentes jóvenes de otras localidades misioneras cercanas.
El lugar de encuentro es una playita formada con piedras redondas y cantos rodados del tamaño de canicas, y no de arena como son las habituales. No tiene una gran extensión, pero sí la suficiente para pasar los días de calor al lado del río y practicar deportes acuáticos.
El caso es que en las últimas horas comenzó a circular por El Soberbio la versión de que un grupo de jóvenes de esa localidad habría ido a pasar el fin de semana -marcado por jornadas muy calurosas- en esa pequeña “prainha”.
Los lugareños aseguran que las “canoas” de madera construidas en forma artesanal e impulsadas por motores pasaron cientos de veces entre las dos barrancas del Uruguay, a la altura de ese lugar, llevando personas que desafiaban a la pandemia de COVID-19 para participar de la fiesta veraniega.
Es que en las ciudades brasileñas más cercanas a El Soberbio, Tiradentes do Sul y Tres Passos, se acumulan más de cien casos de coronavirus, pero el paso de uno al otro lado del río es habitual en esta zona, donde escasean los controles de Prefectura Naval Argentina y Gendarmería Nacional e incluso las autoridades locales han denunciado reiteradamente la permeabilidad de la frontera.
De hecho, la principal queja de la gente de El Soberbio en las últimas horas, después de conocerse las denuncias de participación de jóvenes locales en este festejo multitudinario, es que los controles fronterizos no son efectivos, ya que por lo general la Prefectura se concentra en horarios nocturnos para evitar el contrabando de mercaderías, pero no hacen vigilancia estricta durante el día y tampoco en las zonas más alejadas de la ciudad.
A “tiro” de caico
La “Prainha do Cascalho” tomó mucha trascendencia en los últimos años. Antes era un lugar que los jóvenes argentinos de la zona aprovechaban para “escapadas” de fin de semana cuando hacía mucho calor.
Sin embargo, por relatos de pobladores de la costa, el lugar sería propiedad del prefeito (intendente) de Tiradentes do Sul, Alceu Diel y su hija se habría hecho cargo de explotar el lugar turísticamente, con el atractivo principal de organizar fiestas y eventos acuáticos para jóvenes, aunque también sus contactos políticos hacen que lleguen al lugar amantes del río que practican deportes acuáticos.
Un vecino de El Soberbio contó cómo se llega a ese lugar: “Yo he ido muchísimas veces a ese lugar a pasar el día cuando es verano y hace calor. Hay que pasar unos dos kilómetros después del puente del arroyo El Soberbio, se entra en una calle de tierra y se llega a una chacra, se pasa hasta la orilla del río y se espera. Uno hace una seña de este lado del río y viene un caico (canoa hecha de madera en forma artesanal) impulsada con motor y te lleva. Ahí en la ‘Prainha’ se hacen fiestas durante todo el fin de semana y viene gente de distintos lugares del Brasil y de Argentina, incluso desde San Vicente. Se comenta que el fin de semana que pasó se hizo una gran fiesta en ese lugar”, confirmó.