Pese a la tarea de bomberos y agentes de seguridad, los incendios forestales en varias regiones del país no cesan. De hecho, el Servicio Nacional del Manejo del Fuego (SNMF) confirmó que 11 provincias presentan “focos activos” en el centro y noroeste del país, siendo Córdoba la más afectada.
Además, el fuego avanza con distinta intensidad en Santa Fe, Entre Ríos, San Luis, Salta, Tucumán, Corrientes, Misiones, La Rioja, Chaco y Catamarca. En la mayoría de los casos se trata de situaciones que fueron controladas, es decir, que la línea de acción ha quedado establecida definitivamente, anclada y asegurada y se considera que no
hay posibilidad de rebrotes.
Desde el organismo, son determinantes al afirmar que al menos el 95% de los incendios fueron producidos intencionalmente. “Los incendios forestales son producidos por intervenciones humanas, siendo dentro de estos los principales escenarios la preparación de áreas de pastoreo con fuego; fogatas y colillas de cigarrillos mal apagadas y el abandono de tierras”, remarcaron.
Ayuda desde el Gobierno nacional
El Ministerio de Ambiente de la Nación informó que desde que comenzaron los incendios en Córdoba, «el Gobierno Nacional envió 6 aviones hidrantes y un vigía para combatirlos. Estamos en permanente contacto con la provincia evaluando las zonas afectadas y articulando las operaciones”.
Y agregaron: «Al menos 200 brigadistas, con experiencia en combate al fuego en incendios forestales, están listos para actuar cuando la provincia lo solicite”.
Pese al arduo trabajo que se realiza en el lugar, donde los mismos pobladores hacen lo posible para ayudar a los bomberos voluntarios, los factores climáticos hacen muy difícil la tarea. “Los factores climáticos como la falta de precipitaciones, las temperaturas elevadas, el bajo porcentaje de humedad, las heladas constantes y los vientos fuertes inciden en la propagación de las llamas», dijeron.
En datos duros, la cantidad de hectáreas destruidas o influenciadas por los incendios superan las 434.975 en lo que va del año, es decir, 21 veces la superficie de la Ciudad de Buenos Aires. Además la gran cantidad de biodiversidad afectada es enorme, generándose “alteraciones significativas”.